sábado, 18 de noviembre de 2017

La otra parte

En una región de China, Claus Patera un multimillonario alemán creó un país donde todo es antiguo o solamente viejo, en todo caso anterior a 1860, pues este hombre quien es heredero de una fortuna fabulosa abomina del progreso.
Rodeado por un enorme muro este lugar llamado El Reino de los sueños se rige por leyes misteriosas donde las cosas tienen la apariencia que tendrían en un sueño o en una pesadilla indistintamente y donde los hechos están signados por un aura determinista como si una mente con un poder inusitado dominara los acontecimientos.
Aunque no es solo esa apariencia la que mantiene la realidad de este lugar en un manifiesto desasosiego, es también la sospecha de que nada de lo que pasa allí es permanente como si la inminencia de un desastre acechara cada día.
Los personajes de La otra parte están marcados por las obsesiones, las neurosis, la histeria: caracteres que se encuentran en cualquier novela pero cuyo comportamiento es bastante perturbador cuando se reúnen en un mismo lugar. Quizá sea esa la razón para haber sido invitados por el misterioso Patera quien aparece pocas veces sin saberse si es él en verdad o un sosia que lo suplanta.
Pero este pequeño mundo que tiene un contacto limitado con el exterior se verá amenazado por la llegada a Perla, la capital, de Hércules Bell, un pragmático norteamericano que intentará aplicar los últimos avances de la civilización, lo que precipitará un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles.
Esta novela fantástica, con visos apocalípticos, publicada en 1908 e ilustrada por el mismo Alfred Kubin, su autor, impresionó a un amplio círculo de artistas y escritores como Franz Kafka o Herman Hesse quien expresó su admiración con palabras bastantes elogiosas.
Aunque nunca tuvo mucha difusión, su lectura vale la pena. Pero recuerde todo está en clave onírica o de pesadilla como usted lo prefiera.