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viernes, 8 de marzo de 2019

Miramar

“El ascenso evoca el descenso, la fuerza rememora la debilidad, la inocencia alude a la corrupción y la esperanza, a la desilusión.”
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En una pensión de la ciudad de Alejandría confluyen, representados por los personajes que allí viven, los aspectos más relevantes de la sociedad egipcia alrededor de 1965, fecha en la cual fue publicada la novela “Miramar” escrita por Naguib Mahfuz; una sociedad liderada por Abdel Násser el dirigente que desde 1954 intentaba arrancar a su país del adormecimiento de siglos en los que fue dominado por extranjeros.
Cuatro voces relatan los mismos sucesos que tuvieron como epicentro esa pensión (agregando, cada uno de ellos, datos desconocidos por los otros y relevantes para componer toda la historia): un anciano periodista retirado, antiguo luchador por la independencia de Egipto; un joven terrateniente que trata de aprovecharse de la nueva situación política y social; un joven e inseguro locutor de radio y un activista campesino que quiere medrar socialmente. Junto a ellos encontramos a dos personajes que se ubican en los extremos del espectro social: Marina la propietaria, una mujer venida a menos de origen griego que representa la nostalgia y la belleza que pudo tener el pasado y Sohra Salama una bella campesina fuerte y decidida que ha escapado de su aldea y del dominio de su familia; un hecho que para todos es reprobable pero que las nuevas condiciones sociales del país hacen posible.
Los días pasan, entre las intrigas cotidianas y las presiones para adaptarse al nuevo aire de los tiempos, en el lugar donde Marina y Sohra encarnan la realidad de una nación que recuerda un pasado al que los años han limado las aristas y que mira con esperanza hacia un brillante futuro que tal vez llegue a cumplirse.

viernes, 24 de noviembre de 2017

El cuarteto de Alejandría

Alejandría (fotógrafo: Tinou Bau)
Entre 1957 y 1960 Lawrence Durrell publica El cuarteto de Alejandría, una tetralogía de novelas ambientada, en su mayoría, en esta ciudad fundada junto al lago Mareotis por Alejandro Magno. Amores; intrigas políticas; la eterna pregunta sobre las condiciones y motivaciones de la creación artística o las circunstancias sociales de un país dominado aun por Inglaterra conforman la trama de las novelas.
Cada tomo está enfocado en el personaje que le da nombre: Justine o la búsqueda incesante que se materializa en la indagación obsesiva por su hija perdida; Mountolive el diplomático que consagra su vida a un amor signado por la separación; Balthasar y su mirada lucida de personas y sucesos; y por último Clea y su relación con la pintura y la creación. Cuatro perspectivas donde la manipulación del tiempo y el espacio le permiten al lector reconstruir el rompecabezas que se plantea en Justine la primera novela y donde se presentan los personajes que con gran profundidad psicológica serán diseccionados por el autor tanto en esta primera obra como en las tres restantes.
Con estilo poético la voz de Darley, uno de los personajes que además es escritor, nos guía por el laberinto de interpretaciones subjetivas que los protagonistas de esta obra dan a los mismos acontecimientos, en los que se involucran, haciendo que parezcan distintos.
Pero además de los personajes, está la presencia de una ciudad sui géneris que marca a sus habitantes con tanta fuerza que es imposible que quienes hayan vivido en ella puedan escapar a su influencia en cualquier parte del mundo adonde se desplacen.
Con el telón de fondo de esta ciudad legendaria en la época que comprende los años entre la primera guerra mundial y el final de la segunda, adquieren un matiz más profundo los dramas que conforman una obra de lectura imprescindible para todo aquel que quiera comprender la complejidad de la vida en el siglo XX.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Sinuhé el egipcio

Producto de una minuciosa investigación Sinuhé el egipcio (1945) es una novela que sorprende al lector, sobre todo cuando descubre que muchas de las cosas que conocía o de las que había oído hablar ya se conocían o habían pasado en el antiguo Egipto.
Cada vez que se abra este libro pueblos y ciudades, hoy desaparecidos, volverán a la vida gracias a la pluma de Mika Waltari, quien elabora con datos históricos una habilidosa trama donde un médico de origen oscuro, es el testigo de acontecimientos que sucedieron hace más de tres mil años y en donde aparecen caracteres tan interesantes como Akhenatón, quien pretendió imponer al imperio una religión monoteísta, o Nefertiti cuya belleza se mantiene intacta a pesar de los milenios.
Al final de su vida y desterrado, Sinuhé, que se vio enfrentado a toda clase de peligros, escribe su historia sin la intención de ser leído. Ha visto tanto que ya no tiene confianza en el ser humano; escribe sólo para sí mismo; está convencido que de la experiencia ajena nadie aprende. No espera reconocimientos pues ya los tuvo todos y también los perdió todos.
En su relación de hechos surgen de nuevo los lugares que le ayudaron a formarse y a templar su espíritu: la Casa de la Vida, adonde asistió siguiendo los pasos de su padre adoptivo; la Casa de la Muerte, donde se encerró para autocastigarse. Describe las luchas religiosas a causa de la ruptura que con los dioses tradicionales y sus sacerdotes provocó el faraón Amenofis IV conocido como Akhenatón. Nos cuenta acerca del orgullo y la obstinación de la princesa Baketamon o del amor desesperanzado y la ambición de Horemheb.
En su relato aparecen las mujeres que conoció y que lo marcaron profundamente: Merit, dueña de la taberna “La Cola de Cocodrilo”; Minea, la cretense, consagrada a un dios; Nefer, una mujer cuyo atractivo era tal que quien la evocara tenía que repetir su nombre tres veces.
Describe su paso por países lejanos y de extrañas costumbres, desempeñándose como médico, embajador y medio espía. Y por supuesto nos presenta a su esclavo Kaptah quien le roba moderadamente como debe hacer cualquier esclavo y a quien lo aquejaba una sed constante.
Todo se repite, es el leit motiv de esta obra publicada en 1945 que siempre estará entre los primeros lugares de la novela histórica, un género que se ha vuelto bastante popular, aunque no siempre mantenga la calidad con la que escribió Mika Waltari.

viernes, 24 de marzo de 2017

El callejón de los milagros

En El callejón de los milagros, publicada en 1947 por Naguib Mahfuz (premio nobel 1988), un tradicional café árabe sirve de eje a los acontecimientos del callejón Midaq cuyo origen se pierde en el tiempo. En él se reúnen los hombres al final de la tarde a tomar café y a fumar en el narguilé mientras desgranan los eventos del día. A su alrededor la vida se desenvuelve con lentitud aunque los cambios sociales que impone la segunda guerra mundial y la disminución de la influencia inglesa en Egipto se hacen sentir en la vida de los personajes.
En Midaq encontramos caracteres y situaciones que pueden aparecer en cualquier barrio de cualquier ciudad: jóvenes que cuestionan a los adultos, ancianos que representan las tradiciones, delincuentes; personas a quienes sus flaquezas o habilidades les marcan la vida. Pero hay también allí personajes cuyas profesiones tienen para nosotros un tinte de exotismo: la casamentera, el santón o el fabricador de lisiados. Algunos intentan mantener esas tradiciones, otros presionan para minar costumbres de siglos y poder escapar a las normas que impone la rígida sociedad en la que viven.
En esta obra los acontecimientos carecen de la espectacularidad de los grandes sucesos, sin embargo poseen la trascendencia que para cada persona, independientemente de donde viva, tiene la vida diaria.
Leer esta novela es contemplar una comunidad que se enfrenta a la existencia con las mismas dudas e incertidumbres que cualquier otro ser humano pero que, en último término, deposita la responsabilidad de su destino en Alá y en sus designios.

jueves, 19 de enero de 2017

Esperando a los bárbaros

"...anocheció y los bárbaros no llegaron.
Y unos vinieron desde las fronteras
y dijeron que bárbaros ya no existen.
Y ahora qué será de nosotros sin los bárbaros."
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Esperando a los bárbaros, escrito en 1904, forma parte de los 154 poemas canónicos de Constantino Cavafis y es quizá uno de los más conocidos de este autor; sobre todo después de que el premio Nobel le fuera concedido en 2003 a J. M. Coetzee, quien entre otras obras había publicado una novela con el mismo nombre en 1980.
Cavafis, el poeta de Alejandría, describe un suceso ambientado en las postrimerías de un imperio indefinido. Evoca el esplendor de una vieja civilización, manifiesta sus aprensiones y esperanzas de entregar la responsabilidad a quienes no se sabe si existen. Sin embargo, Cavafis no menciona el temor a lo desconocido ni cuestiona las pasadas acciones del imperio.
Los bárbaros allí, son una entidad imprecisa como en la novela de Coetzee, donde se ha querido ver únicamente un cuestionamiento a la violencia de Sudáfrica, cuando es también la mirada que dirige a su interior un hombre de mediana edad a quien la vida no le ha permitido encontrar respuesta a sus preguntas. Funcionario de un pueblo fronterizo, asiste impotente a los esfuerzos del imperio por justificar su dominación y su violencia.
Una situación analizada en otro libro homónimo, publicado en 1992 por el editor y periodista francés Guy Sorman donde se exponen las leyes y las políticas de diferentes lugares del mundo contemporáneo con respecto a los bárbaros de hoy: los inmigrantes y los drogadictos. Un problema que se extiende por toda la historia del siglo XX y que ha alcanzado unas dimensiones al parecer inmanejables en estos comienzos del siglo XXI.