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viernes, 12 de octubre de 2018

Ragtime


“El siglo XX acababa de arrancar, y Estados Unidos era una nación de excavadoras a vapor, locomotoras, aviones, motores de combustión, teléfonos y edificios de veinticinco plantas.”

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Una familia de clase media que se ve envuelta en la lucha que por el respeto emprende el músico Coalhouse Walker Jr. es el eje de la narración en “Ragtime” la novela de E. L. Doctorow publicada en 1975.
Anarquismo, feminismo y la realidad como espectáculo forman parte del panorama de fondo donde se desarrolla la historia principal: las acciones reivindicativas de Coalhouse quien es humillado a causa de su color.
Una familia donde casi todos sus integrantes están libres de prejuicios es afectada directamente por las drásticas medidas que adopta un hombre a quien apenas conocen, para exigir que sus derechos sean respetados en una época que, a pesar de las leyes, considera a muchos ciudadanos personas de segunda categoría.
La familia se desintegra lentamente mientras los periódicos se encargan de magnificar, o tal vez de expresar en su justa medida, los actos de Coalhouse Walker Jr. convirtiéndolos en otro fenómeno del momento, en otro asunto que no difiere de los asesinatos pasionales, las espectaculares desapariciones de Houdini, el escapista, o los eventos deportivos.
Esta novela con nombre de movimiento musical recrea el drama de un hombre enmarcado en una sociedad que da cobijo al variopinto conglomerado humano que a comienzos del siglo XX era un hervidero étnico donde gente de todas las condiciones se mezclaba con los integrantes de ese fenómeno inmigratorio europeo a los Estados Unidos que tuvo su puerta de entrada en Ellis Island, un islote frente a la ciudad de Nueva York, y que transformaría definitivamente todo el país.

jueves, 19 de enero de 2017

Esperando a los bárbaros

"...anocheció y los bárbaros no llegaron.
Y unos vinieron desde las fronteras
y dijeron que bárbaros ya no existen.
Y ahora qué será de nosotros sin los bárbaros."
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Esperando a los bárbaros, escrito en 1904, forma parte de los 154 poemas canónicos de Constantino Cavafis y es quizá uno de los más conocidos de este autor; sobre todo después de que el premio Nobel le fuera concedido en 2003 a J. M. Coetzee, quien entre otras obras había publicado una novela con el mismo nombre en 1980.
Cavafis, el poeta de Alejandría, describe un suceso ambientado en las postrimerías de un imperio indefinido. Evoca el esplendor de una vieja civilización, manifiesta sus aprensiones y esperanzas de entregar la responsabilidad a quienes no se sabe si existen. Sin embargo, Cavafis no menciona el temor a lo desconocido ni cuestiona las pasadas acciones del imperio.
Los bárbaros allí, son una entidad imprecisa como en la novela de Coetzee, donde se ha querido ver únicamente un cuestionamiento a la violencia de Sudáfrica, cuando es también la mirada que dirige a su interior un hombre de mediana edad a quien la vida no le ha permitido encontrar respuesta a sus preguntas. Funcionario de un pueblo fronterizo, asiste impotente a los esfuerzos del imperio por justificar su dominación y su violencia.
Una situación analizada en otro libro homónimo, publicado en 1992 por el editor y periodista francés Guy Sorman donde se exponen las leyes y las políticas de diferentes lugares del mundo contemporáneo con respecto a los bárbaros de hoy: los inmigrantes y los drogadictos. Un problema que se extiende por toda la historia del siglo XX y que ha alcanzado unas dimensiones al parecer inmanejables en estos comienzos del siglo XXI.