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viernes, 28 de septiembre de 2018

La piel de zapa

El hombre se consume a causa de dos actos instintivamente realizados, que agotan las fuentes de su existencia. Dos verbos expresan todas las formas que toman estas dos causas de muerte: «Querer y Poder». Entre estos dos términos y la acción humana, existe otra fórmula de la cual se apoderan los sabios y a la qué yo debo la suerte de mi longevidad. «Querer» nos abrasa y «Poder» nos destruye; pero «Saber» constituye a nuestro débil organismo en un perpetuo estado de calma. Así, el deseo, o el querer, ha fenecido en mí, muerto por el pensamiento; el movimiento, o el poder, se ha resuelto por el funcionamiento natural de mis órganos. En dos palabras: he situado mi vida, no en el corazón, que se quebranta, ni en los sentidos, que se embotan, sino en el cerebro, que no se desgasta y que sobrevive a todo.”
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En 1831 aparece La piel de zapa una de las piezas más importantes de la literatura fantástica en la que uno de los temas recurrentes ha sido la satisfacción del deseo mediante un objeto prodigioso o gracias a sortilegios y conjuros de todas las clases. En esta obra el protagonista verá cumplidas sus apetencias aunque cada una de ellas, por nimia que sea, acortará su vida.
Rafael Valentín, un joven escritor a quien la penuria y la incapacidad de realizar sus metas llevan al extremo de quererse suicidar se encuentra, el mismo día en que toma esa fatal decisión, con un anciano anticuario que cuestiona su manera de ver el mundo y lo reta para que acepte un pedazo de piel que cumplirá todos sus deseos pero con una condición inaceptable para cualquiera que esté en sus cabales; sin embargo Rafael acepta el desafío.
Los personajes que rodean a Valentín antes y después de adquirir la piel, representan como él las pasiones, actitudes y convicciones con respecto a la realidad y al mundo de las ideas en esas primeras décadas del siglo XIX. Descripciones minuciosas de paisajes, situaciones y caracteres componen en esta novela un panorama detallado, como toda la obra de Honoré de Balzac enmarcada en su Comedia Humana, que permite captar el espíritu de la época donde se empezó a consagrar a la ciencia como elemento esencial para explicar el universo.
Con La piel de zapa Balzac cimentará su reputación de escritor de imprescindible lectura que durante casi doscientos años ha acompañado su nombre.