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viernes, 29 de marzo de 2019

Ciudad de cristal

New York era un espacio inagotable, un laberinto de interminables pasos, y por muy lejos que fuera, por muy bien que llegase a conocer sus barrios y calles, siempre le dejaba la sensación de estar perdido. Perdido no sólo en la ciudad, sino también dentro de sí mismo. Cada vez que daba un paseo se sentía como si se dejara a sí mismo atrás…”
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Paul Auster inicia “La trilogía de New York” con la publicación en 1985 de “Ciudad de cristal” donde cuenta el extraño caso de Daniel Quinn, un autor que bajo el seudónimo de William Wilson escribe novelas detectivescas.
“Todo empezó por un número equivocado”; así empieza la novela y así empieza Quinn a involucrarse en el mundo de Max Work, el protagonista de sus obras, al aceptar un trabajo de detective privado, afrontando una situación evidentemente dudosa al adoptar la identidad de otra persona (un hombre llamado Paul Auster) para seguir los pasos de Mr. Stillman quien está a punto de salir en libertad. Una tarea sencilla en apariencia que lleva a Quinn a entrar en contacto con seres que llevan una vida insólita determinada por el misterio y a reafirmarse en esa imagen que tiene de su ciudad como un laberinto que cambia cada día y donde podría dejar de ser él mismo.
En esta novela, a una clásica historia del género negro se superponen las ideas sobre la vida que va anotando Quinn en un cuaderno y las indagaciones que hace sobre los personajes cuyas identidades están curiosamente emparentadas con obras literarias como “William Wilson” de Edgar Allan Poe, “Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra o “A través del espejo” de Lewis Carroll.
El autor se vale de los recursos de la novela negra para hacer a la manera de Cervantes un juego literario donde para entender qué le sucedió a Daniel Quinn tal vez haya que recurrir a las pistas que aparecen en las reflexiones que sobre el mundo y la literatura hacen aquí los personajes-escritores.

viernes, 20 de octubre de 2017

1280 almas

En 1.280 almas (1964), una novela de Jim Thompson, Nick Corey el sheriff de Potts County (un lugar imaginario al sur de los Estados Unidos) describe las maquinaciones de las que se vale para mantener el orden y aplicar la ley en un pueblo que cuenta con 1.280 habitantes, de los cuales no todos tienen alma según la afirmación de algunos.
Con aparente ingenuidad, que esconde en realidad un carácter verdaderamente sagaz, Nick Corey manipula hechos y circunstancias con el fin de desempeñar y aferrarse a su puesto sin tener que gastar mucha energía, aunque su política de laissez faire, laissez passer le ha ganado bastantes detractores.
Entre su vida privada y su vida pública establece una red tan estrecha de mentiras que le será difícil no quedar enredado en ella, sobre todo si se tiene en cuenta que no son pocos quienes intentan desmoronar sus patrañas.
Además, Nick tiene otra preocupación tan grande como la de hacer cumplir la ley en su condado: su relación con las mujeres; está casado, es el amante de quien pasa por ser la mejor amiga de su esposa y espera además recomponer las relaciones que dejó truncas con la mujer que era su prometida. Pero no hay problema, Nick es un experto en el manejo de las palabras; su grado de astucia es tal que hasta el mismo lector corre el riesgo de verse enredado en los argumentos con que justifica su acción o su inacción que para el caso es lo mismo.
Thompson, quien se expresa aquí con el tono fuerte y duro del hardboiled, subgénero literario estrechamente emparentado con la novela negra, ha escrito una obra que expone la corrupción camuflada detrás de la desidia moral de la gente y de la supuesta búsqueda del bien común por parte de los servidores públicos.

viernes, 11 de agosto de 2017

Vicio propio (Inherent Vice)

Vicio propio (Inherent Vice)
A la conocida fórmula de sexo drogas y rock and roll con la que se ha asociado a la década hippy de los sesenta Thomas Pynchon agrega en su novela Vicio propio (Inherent Vice), publicada en 2009, elementos como la política y la corrupción de la policía de Los Ángeles entre otras cosas. En este entorno un detective privado debe encontrar unas personas desaparecidas como en las novelas de Raymond Chandler.
Doc (Sportello), consumidor de cualquier tipo de droga y conocedor tanto del bajo mundo como del universo hippie de Los Ángeles (una ciudad sitiada por la droga y el smog), utiliza sus habilidades para desentrañar las intrigas de unos personajes que actúan en la sombra, arriesgándose a quedar atrapado en ellas.
Se mueve con facilidad en un universo compuesto por traficantes, matones y todos aquellos que integran el hampa de Los Ángeles y Las Vegas, desarrollando una estrecha relación con su contraparte, Bigfoot, el policía que abusa de la ley para conseguir sus propios fines y que intenta controlar a Doc sin conseguirlo.
Acompañado por hippies alucinados, que creen en las teorías de la Nueva Era, en continentes desaparecidos o en el karma, Doc recorre una geografía imaginaria que se superpone a las playas conocidas, donde los surfistas retan diariamente olas legendarias, y a las calles famosas donde los automóviles se van convirtiendo en parte del folclore californiano.
Grupos de liberación negra o de supremacía blanca, centros de desintoxicación, la guerra de Vietnam y por supuesto el “Caso Mason” son temas que se mezclan indistintamente en una obra que desmitifica, gracias a la maestría de Pynchon, una época que ha adquirido con el tiempo la pátina romántica del amor libre y que fue marcada por una música incomparable que cada vez más se hunde en el silencio.

viernes, 28 de julio de 2017

El talentoso Mr Ripley

El talentoso Mr. Ripley o A pleno sol (1955) como también es conocida esta novela consagró a Patricia Highsmith como maestra en el género dela novela negra. Se publicó a mediados de los 50, una década en la que Europa empezaba a levantarse del agobio en el que la había dejado la guerra. En esta atmósfera de optimismo muchos jóvenes estadounidenses viajaron por Europa aprovechando que con unos cuantos dólares podía conseguirse casi cualquier cosa: desde una habitación en un buen hotel hasta alquilar o comprar una villa en el Mediterráneo.
Dickie Greenleaf es uno de esos jóvenes que viaja a Italia con la idea de convertirse en pintor y de escapar así al futuro que le espera en la empresa de la familia.
Su padre preocupado porque su alejamiento se ha prolongado demasiado decide apelar a los oficios de otro joven de quien sólo sabe que ha conocido a su hijo: Tom Ripley. Éste quien ha desempeñado múltiples labores, algunas de ellas un poco turbias, acepta la proposición de Mr. Greenleaf para viajar a Italia y tratar de convencer a Dickie para que regrese a casa.
Al acercarse a Dickie y familiarizarse con su entorno, Tom empieza a albergar unos sentimientos donde se mezclan un afecto desmedido por su nuevo amigo con el deseo de ser como él, de convertirse en él. Pero los hechos se precipitan cuando Tom percibe que ya no es bienvenido y decide tomar medidas drásticas para evitar perder lo que pensó sería su nueva vida.
En esta novela el protagonista, quien no tiene ataduras morales y actúa siempre buscando su propio beneficio, es descrito de tal manera que el lector se inhibe para lanzar juicios y tiende a ponerse de su parte. Tal vez porque proyecte en Tom Ripley el deseo que todo ser humano ha sentido alguna vez de transformarse en otro; de empezar de nuevo bajo condiciones diferentes.