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lunes, 14 de agosto de 2023

La ciudad de los libros soñadores


 "La curiosidad es la fuerza de estímulo más poderosa del Universo, porque puede vencer a los dos frenos mayores del Universo: la sensatez y el miedo."

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En 2004 Walter Moers publica La ciudad de los libros soñadores, una novela con ilustraciones que atrapa al lector desde el comienzo cuando su protagonista, Hildegunst von Mithenmetz, advierte de los peligros a los que se exponen quienes lo acompañen en el relato de las aventuras que vivió en Bibliópolis, la ciudad de los libros soñadores.
El autor, que es un joven escritor en ciernes, ha recibido como herencia (además de un bagaje literario nada despreciable) un importante texto y la tarea de encontrar a su creador. Con este propósito Hildegunst se dirige hacia Bibliópolis, cuya realidad gira en torno a los libros y la literatura, donde comienza su búsqueda en las librerías de segunda mano, pero descubre que la misión no va a ser fácil: rechazo, silencio o abierta hostilidad es lo que único que encuentra.
A pesar de eso no renuncia y recorre la ciudad utilizando como guía uno de sus libros favoritos: Las Catacumbas de Bibliópolis escrito por Colophonius Rayo de Lluvia, un legendario cazador de libros que describe la ciudad, pero sobre todo el laberinto que se extiende bajo sus calles, donde reposan bibliotecas abandonadas o custodiadas por insólitos artefactos y se libran cruentas luchas entre quienes buscan libros raros.
A ese laberinto va a dar Hildegunst donde libros que no son lo que aparentan, cazadores de libros, criaturas desconocidas y trampas de toda clase pondrán en riesgo su vida o su cordura. Pero allí no hay solo peligro, también hay criaturas que quizá lo pongan en la pista de lo que busca.
Apoyándose en su habilidad de dibujante Walter Moers forja una historia cuyo tema último es la creación literaria, donde cada personaje, cada acción, cada lugar y cada objeto tienen su razón de ser. De la mano de Hildegunst von Mithenmetz el lector vivirá grandes emociones y comprobará que la literatura es tan infinita como la imaginación y que puede crear realidades tan verosímiles que se hace difícil no creer en su existencia.

viernes, 24 de agosto de 2018

El viento en los sauces


“Nosotros, los que desde hace tiempo hemos perdido los sentidos físicos más sutiles, no tenemos el vocabulario adecuado para expresar la comunicación de un animal con el mundo que lo rodea.”
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En 1908 Kenneth Grahame publica un clásico de la literatura infantil: “El viento en los sauces” con ilustraciones de Paul Bransom; desde entonces las aventuras de Topo, Rata de agua, Tejón y Sapo han acompañado a lectores de todas las edades.
Todo comienza un día de primavera cuando Topo influenciado por el espíritu de la tierra que renace decide explorar el mundo exterior. Cuando sale a la superficie su amplitud lo sorprende. Con quien primero hace amistad es con Rata de Agua (navegante y poeta) quien lo invita a quedarse en su casa a la orilla del río. Desde allí, Topo continuará después conociendo lugares como el Bosque Salvaje o la mansión de Sapo y personajes como su frívolo e irresponsable dueño o el señor Tejón que representa la mesura.
En “El viento en los sauces”, donde todos llevan una vida alterada solamente por las vicisitudes propias de cualquier comunidad, conviven seres humanos y animales en orden de igualdad mezclando sus asuntos como sucede en las malhadadas aventuras de Sapo, que no conoce restricciones, o las aventuras de Rata y Topo relacionadas con las características de cada estación.
Tanto en la tradición popular como en la literatura universal se encuentran bastantes ejemplos de cuentos y fábulas con animales humanizados; desde Esopo hasta nuestros días muchos autores han dedicado su talento a escribir historias de animales cuyas vidas como las de los humanos están marcadas por el carácter de cada individuo.

domingo, 1 de julio de 2018

Casa de campo

“…debían engañarse a sí mismos hasta creerse voceros de una ética inmaculada para justificar la violencia, en vez de mirarla cara a cara y verla como era, la consecuencia del odio, del rencor, del miedo, de la rapiña, de la innata brutalidad. No, ellos no se atrevían a asumir su odio. Ni su codicia, ni su prepotencia, ni su cobardía. Para subsistir necesitaban conservar una imagen estilizada de sí mismos, estática, ideal…
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Desde el principio de Casa de campo, novela publicada en 1978, José Donoso anuncia su carácter ficticio interpelando al lector directamente para declarar su intención de contar una historia nacida de la imaginación.
Una familia numerosa que incluye a más de treinta hijos entre los cinco y los diecisiete años llega a su casa de campo, como todos los veranos, seguida por una descomunal corte de sirvientes. Allí pasarán tres meses. Aunque en esta ocasión una nueva actividad alterará la organización familiar; cambiará su realidad variando todos los rituales.
Los adultos de la familia Ventura se van de paseo y dejan a sus hijos a cargo de Juvenal, el mayor de ellos. Pero la salida se prolongará tanto que todas las estructuras de orden, poder y conocimiento se derrumban.
Asediados por temores ancestrales tanto los niños que permanecen en la casa a la espera del regreso de los adultos, como estos, cuyo tiempo no transcurre, son presa de las limitaciones que han marcado sus vidas desde siempre. Los mitos que rodean la casa, que es un universo en sí misma, y las pasiones que mueven a los que se fueron y a los que se quedaron, se combinan con la voluntad de quienes soterradamente socavan el statu quo que es tan rígido y antiguo como el ideario que da cohesión a la familia. La casa y la llanura inconmensurable que la rodea son tan protagonistas como los Ventura o sus sirvientes o las figuras que se mueven en los cuadros, en los murales, en los subterráneos.
Que los personajes de esta obra son el producto de la imaginación del autor se hace evidente, sobre todo, en el comportamiento de los niños cuyas ideas, deseos y actitudes en la mayoría de los casos son tan complejas como las de los adultos.
Son muchos los lugares y momentos que se entrecruzan en esta obra donde las metáforas parecen adquirir la consistencia de la realidad por medio de una trama que, compuesta de verdades y leyendas, está inmersa en un tiempo que transcurre a ritmos distintos y en un espacio que se deshace y reconstruye sin cesar.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Novela de ajedrez

Novela de Ajedrez
En torno a las 64 casillas de un tablero Stefan Zweig en Novela de ajedrez (publicada póstumamente en 1943) elabora una trama tan apasionante como la de cualquier obra de misterio.
Poco antes de comenzar la segunda guerra mundial coinciden, en un crucero que se dirige a Buenos Aires, dos hombres excepcionales cuyas acciones pondrán en consideración del lector conceptos como la nada, la memoria o la imaginación.
Un hombre, Mirko Czentovic, disfruta de una merecida fama gracias a una asombrosa habilidad. Otro, el señor B, se recupera de una terrible experiencia: fue encarcelado y torturado por la Gestapo. Dos personajes diametralmente opuestos que tienen una característica en común: la capacidad de jugar al ajedrez de forma magistral. Se diferencian en que uno tiene una habilidad de autista, inusitada e incomprensible y el otro, una habilidad que desarrolló para sustraerse a una realidad amenazante. Se plantea así una oposición entre el mundo de los sentidos y el mundo de las ideas: Mirko Czentovic es incapaz de elaborar un pensamiento abstracto, separado de la realidad, mientras que el señor B es capaz de prescindir de los objetos físicos para jugar.
Rápidamente se revela que el centro de la trama es el señor B cuando describe el mecanismo del que se valió para preservar su integridad mental: memoria y fantasía fueron los elementos principales de su resistencia, aunque con ello ha puesto en riesgo su estabilidad emocional. A su manera ha llegado a ser un personaje tan inusual como Mirko, quien a pesar de su falta de interés en el mundo que lo rodea y su precaria empatía social es exitoso.
Esta novela que muestra algunos de los recursos que utiliza la mente para derrotar el aislamiento, la soledad y la nada, incursiona también en otras condiciones de la psique como son las obsesiones y las monomanías.

viernes, 5 de mayo de 2017

Las imágenes de Alicia

Por su complejidad la lectura de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, publicada en 1865, siempre será un reto para cualquier lector. Pero leer este libro es una experiencia digna de repetirse, no sólo porque es una obra magistral sino porque cada cierto tiempo aparece una nueva propuesta visual de esta historia que vio la luz por primera vez en plena época victoriana.
Psiquiatras de la talla de Jacques Lacan y filósofos como Gilles Deleuze le han dedicado sendos estudios o comentarios a la obra de Lewis Carroll. Sin embargo, son quizás los artistas e ilustradores de diversa índole quienes la han consagrado como uno de los libros de imprescindible lectura en el amplio universo de la literatura. Aunque no hay que olvidar que el cine y el teatro han contribuido a esta difusión rodando películas de aceptación variable.
Desde que John Tenniel hizo sus dibujos para la primera edición, han sido muchos los que han representado el mundo de Alicia y las paradojas en las que nos sumerge. Incluso Salvador Dalí plasmó las inquietudes que le despertó, planteando otras con sus pinturas y dibujos.
Lo que sí no se ha hecho, ni aun en las adaptaciones más edulcoradas, es desvirtuar el sinsentido y el absurdo que conforman la historia y que la hacen enigmática a veces, pero siempre seductora.
Hasta ahora la última “Alicia” es tal vez la de Rebecca Dautremer, quien nos presenta su propia versión de los personajes y del espacio por el que estos se mueven incesantemente. Sus ilustraciones y bocetos de trazo sutil son tan inquietantes como el texto que acompañan. Nos muestra un País de las maravillas distinto al que conocíamos y con algunos detalles anacrónicos añade nuevas paradojas a una obra difícil de ser superada. La reina de corazones, la falsa tortuga o la oruga fumadora tienen aquí un aspecto muy diferente al que estábamos acostumbrados.
Este libro que fue publicado por primera vez en francés en el 2010 y en español en el 2012, ya ocupa un lugar especial en el variado mundo que se ha ido gestando a partir de una obra que tiene más de 150 años y que sigue tan vigente como al principio.

jueves, 26 de enero de 2017

Harún y el mar de las historias

En Harún y el Mar de las Historias (1990) Salman Rushdie refiere las aventuras de Harún Khalifa, un niño al que le gustaría saber de dónde viene todo lo que cuenta su padre, un juglar cuyo trabajo es encantar al público con una fuente inagotable de narraciones que combina con extraordinaria habilidad para crear otras nuevas.
Aunque no todos se dejan seducir por Rasid Khalifa. Algunos piensan que las historias no tienen valor frente a la realidad de la vida o que esas historias pueden ser manipuladas de acuerdo a los intereses de quienes lo contratan.
Un día las vidas de padre e hijo se ven alteradas por un terrible acontecimiento que tiene como consecuencia que Rasid no pueda hacer su trabajo y que Harún pierda la capacidad de concentrarse más allá de los primeros 11 minutos.
Poco después Harún sale de viaje con su padre quien trata de recuperar su talento y, por un hecho fortuito, se ve ante la posibilidad de resolver el problema y de averiguar de dónde vienen todas las historias que cuenta Rasid. Aunque será también la causa de bastantes dificultades, pues se adentrará en un mundo completamente extraño a la realidad en la que vivía y donde tendrá que tomar decisiones bastante difíciles.
Es esta una novela para todos los públicos donde la imaginación y la capacidad de creer se ponen a prueba; donde aparecen personajes tan fantásticos como el genio del agua o el jardinero flotante. Donde vuelve a escenificarse el eterno enfrentamiento entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, que ha sido constante durante toda la historia de la literatura.