sábado, 28 de septiembre de 2019

La esposa del rufián

“…jamás había contemplado a Guy como a un hombre, sino como a un ser casi fabuloso.”
*************************

De la producción de Dashiell Hammett, uno de los maestros de la novela negra, hay que resaltar la calidad de sus cuentos menos conocidos y entre ellos aquellos donde dibuja con particular agudeza unos excepcionales perfiles psicológicos. Ese es el caso de La esposa del rufián, publicado en 1925, donde una mujer que espera la llegada de su esposo deberá enfrentar una realidad que sólo ha entrevisto mediante las palabras del hombre que le cuenta sus aventuras en ultramar de una manera siempre deslumbrante.
Margaret Tharp espera a su esposo Guy con ansiedad. Cuando está a su lado se olvida de la vida gris que lleva junto a sus conocidos y allegados, aunque secretamente disfruta de la compasión que sienten estos por creerla desgraciada al estar unida a un hombre basto y alborotador que se mantiene al filo de la ley, cuando no es que la viola abiertamente. En esta ocasión la expectativa tiene un ingrediente adicional: la misteriosa aparición de un personaje que se ha presentado intempestivamente en su casa averiguando por Guy.
Cuando al fin llega el hombre que viene de navegar por lugares con nombres tan exóticos y misteriosos como las mismas historias que narra, lo que al principio parece un retorno como los anteriores se ve opacado cuando Margaret menciona al hombre que ha indagado por Guy. A pesar de que éste no parece darle importancia, la atmósfera de la casa se vuelve tensa de inmediato.
Cuando llega el momento de la peligrosa confrontación entre Guy y el hombre que lo esperaba, toda la sordidez de la vida que ha llevado el marinero se hace evidente y a Margaret, que vivía en una especie de novela de aventuras permanente, sólo le preocupa que la imagen de Guy se le desmorone y quede en evidencia que ella no es la mujer de un gigante.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Las batallas en el desierto

"Por alto esté el cielo en el mundo, por hondo que sea el mar profundo."
*************************
En 1980 se publicó en el suplemento de un periódico mexicano Las batallas en el desierto; novela corta de José Emilio Pacheco donde se narra la incongruente historia de Carlitos, un niño de unos diez años que se enamora de Mariana, la mamá de Jim su compañero de colegio, así como las consecuencias desastrosas que este suceso tiene en los involucrados y los giros que da su vida personal cuando quedan al descubierto sus sentimientos.
Aunque éste es el centro del relato lo más importante de la obra se encuentra en el tiempo y en el aspecto social de la historia, que se roban todo el protagonismo: un momento del siglo XX en México (entre 1946 y 1952) recuperado por la memoria del escritor y puesto en la mente de un personaje que “recuerda”, demasiado vívidamente, un acontecimiento de su infancia.
Predominan sobre todo las características sociales de un país en el que la clase media, apegada a prejuicios y creencias heredadas, intenta esquivar las penurias que aquejan a la mayoría de la población y cuyo referente de progreso comienza a ser la sociedad estadounidense.
A pesar de las licencias literarias que se permite el autor, es de resaltar la habilidad con la que entremezcla en el relato algunos iconos de la cultura popular mexicana y enfatiza su influencia en la vida diaria de la gente que, haciendo las salvedades locales, podría ser la de cualquier país latinoamericano en una época marcada por el cine, la radio, las revistas y la música.
Después de su lectura esta obra deja ese sabor a nostalgia que se percibe en mucha de la literatura de América Latina en la segunda mitad del siglo veinte; aunque no deje de sentirse una persistente y ácida crítica al pasado.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Al este de Occidente


“Las palabras se apilaron en mi corazón como piedras y pensé lo mucho que deseaba ser como el río, que no tenía memoria, y lo poco que quería ser como la tierra, que no podía olvidar.”
*************************
Heredero de la cultura del Imperio Otomano, sometido por la Unión Soviética y hoy miembro de la Unión Europea, Bulgaria es un país cuya historia se ha templado bajo el signo de la adversidad. Esta realidad se percibe en los relatos que componen Al este de Occidente (2011) de Miroslav Penkov.
En esta obra se despliega ante el lector el amplio panorama de la idiosincrasia de un país del este de Europa, cuyos habitantes pertenecen a diferentes etnias y confesiones religiosas, con distintas concepciones del mundo, que a pesar de obstaculizar la definición de una sólida unidad nacional no han conseguido desdibujarla, aunque a veces ésta vacile a causa de los antagonismos y los vaivenes políticos.
En cada relato se revelan las facetas que evidencian las distintas influencias culturales que pesan sobre su pasado o se recuerdan las guerras y los movimientos sociales que han tenido lugar en su territorio. Las luchas por la autenticidad y la libertad se mantienen presentes en la memoria de sus nacionales, incluso en la de aquellos que han emigrado pues nadie puede desprenderse de sus tradiciones.
Una historia de amor escenificada en una aldea dividida por un río, que sus habitantes sólo pueden cruzar cada cinco años para tener contacto o la leyenda de la mujer más bella del mundo son apenas dos ejemplos de la riqueza literaria de este volumen que permite asomarse a un país complejo y apasionante.

viernes, 6 de septiembre de 2019

Los amigos


“La luz siempre está ahí, pero los colores se esconden. Debe haber millones de cosas así en el mundo. Existen, pero ocultas, y no podemos verlas. Algunas se muestran tras un pequeño cambio; otras sólo tras la larga y difícil búsqueda de científicos o exploradores. Me pregunto si habrá algo escondido esperando a que yo lo descubra.”

*************************

La novela Los amigos (1992) de Kazumi Yumoto inicia con el proceso de una indagación trascendental: ¿qué pasa en el preciso momento de la muerte de una persona? Un tema que preocupa a Kiyama, Kawabe y Yamashita, tres chicos que están a punto de abandonar la infancia. Afortunadamente, para ellos, se enteran de que hay en el vecindario un hombre viejo y huraño cuyo aspecto y el de su casa presagian un inminente desenlace.
Deciden acecharlo para esperar su muerte y ver cómo sucede este misterio. Lo observan estrechamente y nada los interrumpe, ni la curiosidad de sus compañeros, ni las exigencias del colegio o de sus familias. Sin embargo, la vigilancia se prolonga e inevitablemente se dan contactos que terminan por producir un acercamiento entre el anciano y los niños cuando sobrepasan la lógica desconfianza mutua. La acechanza se transforma en amistad.
Los niños descubren en la historia del hombre sucesos que quizá expliquen su hosco comportamiento y el anciano recibe nuevos bríos con la energía que le insuflan estos chicos para los que todo en el mundo es nuevo.
En esta novela de formación, o de aprendizaje, el lector se encuentra con dos temas siempre actuales: la muerte y la relación entre generaciones; aunque durante el transcurso del relato el foco de interés inicial pierde fuerza y ya no es el fallecimiento de una persona lo importante, es la amistad y sus lazos que nacen y pueden tejerse de múltiples maneras.