“Ni la cultura personal, ni la educación, ni
las buenas maneras, ni otros bienes suntuarios similares logran subvertir la
índole brutal de las relaciones básicas que existen entre los seres humanos.”
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En la novela corta Una letra femenina azul
pálido, publicada por Franz Werfel en 1941, se disecciona de manera concisa la
vida de Leónidas, un “parvenu” de la sociedad vienesa que, aunque han pasado
décadas desde la caída del imperio austriaco, aún se rige por normas estrictas.
De extracción humilde, Leónidas debe su éxito a
la feliz coincidencia de varias circunstancias que le abrieron las puertas de
un ambiente que consideraba inaccesible. A los cincuenta años ha llegado al
cenit de su vida y su carrera; casado con la bella Amelie Paradini, una mujer
acaudalada, no depende de un magro salario para vivir. Lleva una existencia
refinada donde no hay cabida para las preocupaciones.
Pero la imagen que se ha fabricado Leónidas en
calidad de alto funcionario estatal está a punto de derrumbarse. En el preciso momento
en que se ve a sí mismo como el paradigma del éxito recibe una carta que revive en su memoria una aventura casi
olvidada. Vera Wormser, una mujer judía que fue su amante, le ha escrito
como lo hizo quince años antes, pero en esta ocasión Leónidas decide no
destruir la carta como sí lo hizo con la anterior.
Los recuerdos que despierta esa letra que
vuelve a ver después de tanto tiempo, lo impulsan a mirarse con ojo crítico y a
reflexionar sobre el sentido de su existencia, situación que lo lleva a contemplar
la posibilidad de ejecutar acciones que tendrían consecuencias impredecibles para
la estabilidad que ha conseguido con su matrimonio y como burócrata.
Werfel con una profunda perspicacia e ironía analiza
la sociedad austriaca de los años previos a la anexión del país por parte de la
Alemania nazi, reflejada en el débil carácter del personaje principal que se
debate entre el deber y la conveniencia.