viernes, 28 de abril de 2017

El tambor de hojalata

En 1959, poco antes del Boom de la literatura latinoamericana, Günter Grass el premio nobel alemán (1999), publicó El tambor de hojalata, una novela que recrea un mundo en el que es posible que un niño de tres años decida no volver a crecer y un hombre pueda recordar toda su vida gracias al sonido de los tambores que lo acompañan desde la infancia.
Con una frase simple y rotunda Oscar, el protagonista, empieza su historia en 1954. Desde el sanatorio donde está interno se devuelve hasta 1899. Un extenso flash back que cuenta una historia escenificada en la primera mitad del siglo XX en dos ciudades en especial: Danzig, una ciudad proclive a ser invadida y la Düsseldorf de posguerra. Combinará de manera indistinta los sucesos de su vida, real o imaginaria, contándolos en primera y tercera persona simultáneamente; reconstruyendo los hechos y entremezclándolos a pesar de haber sucedido en momentos muy alejados entre sí.
Demiurgo, genio del mal, iconoclasta, anarquista o asesino, Oscar Matzerath-Bronski tiene un lugar de privilegio entre los antihéroes de la literatura aparecidos en el siglo XX.
En su relato trata de ahondar en todas las emociones, en todos los aspectos de la vida. Describe una serie de personajes anodinos que pueden llegar a convertirse en sublimes por cuenta de sus acciones o de las circunstancias que los individualizan.
Leer “El tambor de hojalata” es adentrarse en la naturaleza humana desde la perspectiva de un ser amoral que no justifica sus actos, pero que intenta dilucidar los caminos por los que transcurren algunas verdades universales.