sábado, 6 de julio de 2019

Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado

"Oh, poetas negros conocidos y desconocidos, ¿con qué frecuencia nos han sostenido vuestros sufrimientos vendidos en pública subasta? ¿Quién calculará las noches en que vuestras canciones nos hicieron sentir menos solos o vuestros cuentos hicieron parecer menos trágicas las ollas vacías?
Si fuéramos un pueblo muy dado a revelar secretos, podríamos alzar monumentos y celebrar sacrificios a la memoria de nuestros poetas, pero la esclavitud nos curó de esa debilidad. Sin embargo, baste con decir que sobrevivimos en relación exacta con la dedicación de nuestros poetas (incluidos predicadores, músicos y cantantes de blues)."
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En el primer volumen de su autobiografía, “Yo sé porque canta el pájaro enjaulado”, que se publica en 1969, Maya Angelou relata la infancia y adolescencia de una chica negra en los Estados Unidos durante los años treinta y cuarenta.
Junto con su hermano Bailey, Marguerite Johnson pasa la infancia al lado de su abuela en un pueblo de Arkansas, donde la segregación se ejerce de manera implacable. Pero ellos no tienen que lidiar solamente con la dominación explícita o soterrada por parte de los blancos, deben luchar también, y quizás con mayor empeño, con la ortodoxia religiosa y la sumisión donde la comunidad a la que pertenecen encuentra refugio y respaldo.
En semejante entorno Marguerite y Bailey descubren el espíritu liberador de la lectura y la educación que se fortalece después en el ambiente despreocupado que respiran cuando se van a vivir con sus padres en S.t Louis y San Francisco; aunque allí deberán también pasar por dificultades que, al fin y al cabo, contribuirán a la formación del carácter de una mujer que desde pequeña aprendió a mirar con ojo crítico la realidad y a ver en la formación intelectual un instrumento para liberarse de la opresión racial y social. De todas las adversidades por las que tiene que pasar, Marguerite sale endurecida para enfrentar un mundo que sólo tiene para ofrecerle humillación y servidumbre.
Entre la rigidez moral de la abuela y la despreocupación de sus padres se consolida la fuerte personalidad de esta autora conocida en todo el mundo por la trascendencia social de su escritura.