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viernes, 11 de agosto de 2017

Vicio propio (Inherent Vice)

Vicio propio (Inherent Vice)
A la conocida fórmula de sexo drogas y rock and roll con la que se ha asociado a la década hippy de los sesenta Thomas Pynchon agrega en su novela Vicio propio (Inherent Vice), publicada en 2009, elementos como la política y la corrupción de la policía de Los Ángeles entre otras cosas. En este entorno un detective privado debe encontrar unas personas desaparecidas como en las novelas de Raymond Chandler.
Doc (Sportello), consumidor de cualquier tipo de droga y conocedor tanto del bajo mundo como del universo hippie de Los Ángeles (una ciudad sitiada por la droga y el smog), utiliza sus habilidades para desentrañar las intrigas de unos personajes que actúan en la sombra, arriesgándose a quedar atrapado en ellas.
Se mueve con facilidad en un universo compuesto por traficantes, matones y todos aquellos que integran el hampa de Los Ángeles y Las Vegas, desarrollando una estrecha relación con su contraparte, Bigfoot, el policía que abusa de la ley para conseguir sus propios fines y que intenta controlar a Doc sin conseguirlo.
Acompañado por hippies alucinados, que creen en las teorías de la Nueva Era, en continentes desaparecidos o en el karma, Doc recorre una geografía imaginaria que se superpone a las playas conocidas, donde los surfistas retan diariamente olas legendarias, y a las calles famosas donde los automóviles se van convirtiendo en parte del folclore californiano.
Grupos de liberación negra o de supremacía blanca, centros de desintoxicación, la guerra de Vietnam y por supuesto el “Caso Mason” son temas que se mezclan indistintamente en una obra que desmitifica, gracias a la maestría de Pynchon, una época que ha adquirido con el tiempo la pátina romántica del amor libre y que fue marcada por una música incomparable que cada vez más se hunde en el silencio.

viernes, 20 de enero de 2017

Qué empiece la fiesta

¿Qué podrán tener en común un escritor estrella, un vendedor de muebles líder de una secta satánica, una cantante de música pop y un empresario de dudosa reputación?
El autor italiano Niccolò Ammaniti con un gran bagaje de conocimientos, o una muy desarrollada capacidad de recopilar información en la red, da al lector en Que empiece la fiesta (2009), una historia que se lee en clave de comedia grotesca pero que es en realidad una ácida crítica a la dimensión moral de la sociedad contemporánea.
En una fiesta, que se efectúa en un enorme parque convertido en zoológico desproporcionado y donde hasta es posible realizar cacerías que evocan épocas pasadas, se juntan los famosos de una sociedad italiana muy similar a la real.
Ammaniti dibuja unos personajes que copian a los nuevos héroes, reconocidos en todo el mundo. Personajes que han llegado a la fama gracias a acontecimientos aleatorios y que tienen un denominador común: la popularidad y el dinero.
A todo lo largo de la novela hay un regusto a cultura pop, a la trivialización de la vida que se hace en los medios de comunicación y que el público sigue fanáticamente.
Hasta la literatura se ve rebajada por escritores que luchan por conciliar su adicción a la fama con la creencia de que su trabajo debe ser testigo de la realidad. Y los ídolos de hoy, los deportistas, aparecen convertidos en una especie de monstruos tipo Hulk recluidos en un mundo cuasi prehistórico.
Por el contrario en el mundo cotidiano la vida sigue su curso y la gente corriente, los demás, viven con arreglo a anhelos más viscerales.