viernes, 24 de noviembre de 2017

El cuarteto de Alejandría

Alejandría (fotógrafo: Tinou Bau)
Entre 1957 y 1960 Lawrence Durrell publica El cuarteto de Alejandría, una tetralogía de novelas ambientada, en su mayoría, en esta ciudad fundada junto al lago Mareotis por Alejandro Magno. Amores; intrigas políticas; la eterna pregunta sobre las condiciones y motivaciones de la creación artística o las circunstancias sociales de un país dominado aun por Inglaterra conforman la trama de las novelas.
Cada tomo está enfocado en el personaje que le da nombre: Justine o la búsqueda incesante que se materializa en la indagación obsesiva por su hija perdida; Mountolive el diplomático que consagra su vida a un amor signado por la separación; Balthasar y su mirada lucida de personas y sucesos; y por último Clea y su relación con la pintura y la creación. Cuatro perspectivas donde la manipulación del tiempo y el espacio le permiten al lector reconstruir el rompecabezas que se plantea en Justine la primera novela y donde se presentan los personajes que con gran profundidad psicológica serán diseccionados por el autor tanto en esta primera obra como en las tres restantes.
Con estilo poético la voz de Darley, uno de los personajes que además es escritor, nos guía por el laberinto de interpretaciones subjetivas que los protagonistas de esta obra dan a los mismos acontecimientos, en los que se involucran, haciendo que parezcan distintos.
Pero además de los personajes, está la presencia de una ciudad sui géneris que marca a sus habitantes con tanta fuerza que es imposible que quienes hayan vivido en ella puedan escapar a su influencia en cualquier parte del mundo adonde se desplacen.
Con el telón de fondo de esta ciudad legendaria en la época que comprende los años entre la primera guerra mundial y el final de la segunda, adquieren un matiz más profundo los dramas que conforman una obra de lectura imprescindible para todo aquel que quiera comprender la complejidad de la vida en el siglo XX.

sábado, 18 de noviembre de 2017

La otra parte

En una región de China, Claus Patera un multimillonario alemán creó un país donde todo es antiguo o solamente viejo, en todo caso anterior a 1860, pues este hombre quien es heredero de una fortuna fabulosa abomina del progreso.
Rodeado por un enorme muro este lugar llamado El Reino de los sueños se rige por leyes misteriosas donde las cosas tienen la apariencia que tendrían en un sueño o en una pesadilla indistintamente y donde los hechos están signados por un aura determinista como si una mente con un poder inusitado dominara los acontecimientos.
Aunque no es solo esa apariencia la que mantiene la realidad de este lugar en un manifiesto desasosiego, es también la sospecha de que nada de lo que pasa allí es permanente como si la inminencia de un desastre acechara cada día.
Los personajes de La otra parte están marcados por las obsesiones, las neurosis, la histeria: caracteres que se encuentran en cualquier novela pero cuyo comportamiento es bastante perturbador cuando se reúnen en un mismo lugar. Quizá sea esa la razón para haber sido invitados por el misterioso Patera quien aparece pocas veces sin saberse si es él en verdad o un sosia que lo suplanta.
Pero este pequeño mundo que tiene un contacto limitado con el exterior se verá amenazado por la llegada a Perla, la capital, de Hércules Bell, un pragmático norteamericano que intentará aplicar los últimos avances de la civilización, lo que precipitará un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles.
Esta novela fantástica, con visos apocalípticos, publicada en 1908 e ilustrada por el mismo Alfred Kubin, su autor, impresionó a un amplio círculo de artistas y escritores como Franz Kafka o Herman Hesse quien expresó su admiración con palabras bastantes elogiosas.
Aunque nunca tuvo mucha difusión, su lectura vale la pena. Pero recuerde todo está en clave onírica o de pesadilla como usted lo prefiera.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Sinuhé el egipcio

Producto de una minuciosa investigación Sinuhé el egipcio (1945) es una novela que sorprende al lector, sobre todo cuando descubre que muchas de las cosas que conocía o de las que había oído hablar ya se conocían o habían pasado en el antiguo Egipto.
Cada vez que se abra este libro pueblos y ciudades, hoy desaparecidos, volverán a la vida gracias a la pluma de Mika Waltari, quien elabora con datos históricos una habilidosa trama donde un médico de origen oscuro, es el testigo de acontecimientos que sucedieron hace más de tres mil años y en donde aparecen caracteres tan interesantes como Akhenatón, quien pretendió imponer al imperio una religión monoteísta, o Nefertiti cuya belleza se mantiene intacta a pesar de los milenios.
Al final de su vida y desterrado, Sinuhé, que se vio enfrentado a toda clase de peligros, escribe su historia sin la intención de ser leído. Ha visto tanto que ya no tiene confianza en el ser humano; escribe sólo para sí mismo; está convencido que de la experiencia ajena nadie aprende. No espera reconocimientos pues ya los tuvo todos y también los perdió todos.
En su relación de hechos surgen de nuevo los lugares que le ayudaron a formarse y a templar su espíritu: la Casa de la Vida, adonde asistió siguiendo los pasos de su padre adoptivo; la Casa de la Muerte, donde se encerró para autocastigarse. Describe las luchas religiosas a causa de la ruptura que con los dioses tradicionales y sus sacerdotes provocó el faraón Amenofis IV conocido como Akhenatón. Nos cuenta acerca del orgullo y la obstinación de la princesa Baketamon o del amor desesperanzado y la ambición de Horemheb.
En su relato aparecen las mujeres que conoció y que lo marcaron profundamente: Merit, dueña de la taberna “La Cola de Cocodrilo”; Minea, la cretense, consagrada a un dios; Nefer, una mujer cuyo atractivo era tal que quien la evocara tenía que repetir su nombre tres veces.
Describe su paso por países lejanos y de extrañas costumbres, desempeñándose como médico, embajador y medio espía. Y por supuesto nos presenta a su esclavo Kaptah quien le roba moderadamente como debe hacer cualquier esclavo y a quien lo aquejaba una sed constante.
Todo se repite, es el leit motiv de esta obra publicada en 1945 que siempre estará entre los primeros lugares de la novela histórica, un género que se ha vuelto bastante popular, aunque no siempre mantenga la calidad con la que escribió Mika Waltari.

viernes, 27 de octubre de 2017

Aire de tango

La leyenda, mosaico de Blanca Luz Restrepo Posada 
Con la muerte de Carlos Gardel o con el nacimiento de Jairo, según se mire, empieza Aire de Tango de Manuel Mejía Vallejo. Ernesto Arango, uno de los personajes, habla de su pasado y de su presente como si lo entrevistaran o como si le contara una historia a un desconocido que nunca se hace visible. Habla de una vida que gira en torno a los bares y a la violencia pautada por las letras de los boleros, los tangos y las milongas en su mayor parte.
Él es el narrador pero los protagonistas son otros: Carlos Gardel que se volvió leyenda desde el mismo momento de su muerte en el aeropuerto de Medellín una tarde de junio de 1935 y Jairo, el “guapo”, el matón que lo idealizó coleccionando discos y cuanta referencia pudiera encontrar, sin importar su veracidad.
Entre Medellín, una ciudad que deja de ser pueblo a lo largo del siglo XX y Balandú, que representa a todos los lugares de donde era la gente de Antioquia que llegaba a la ciudad, se mueven los personajes de esta novela afincados en Guayaquil, un sector que se desarrolló en torno a una estación de trenes donde las canciones reflejaban la vida o la vida se acomodaba a las canciones. Acompañados tangencialmente en su trasegar por intelectuales y poetas, tan encandilados como ellos con el ambiente de la noche, habitaron un lugar donde no sólo había gritos y puñaladas, era también el sitio del licor, de las mujeres y del juego donde el amor o el sexo se buscaban con determinación.
Este es un largo monólogo desesperanzado donde cabe toda la ciudad de Medellín o al menos la que importaba para todos esos que hicieron del barrio Guayaquil su mundo.
Para entender la realidad de la ciudad actual no basta con leer libros de historia, hay que leer esta novela que le dio carta de ciudadanía, por así decirlo, a un pueblo grande. Publicada en 1973 y escrita de manera coloquial recoge formas de decir y de pensar que se mantienen aún en el habla y en la vida de muchos de los habitantes de esta ciudad.

viernes, 20 de octubre de 2017

1280 almas

En 1.280 almas (1964), una novela de Jim Thompson, Nick Corey el sheriff de Potts County (un lugar imaginario al sur de los Estados Unidos) describe las maquinaciones de las que se vale para mantener el orden y aplicar la ley en un pueblo que cuenta con 1.280 habitantes, de los cuales no todos tienen alma según la afirmación de algunos.
Con aparente ingenuidad, que esconde en realidad un carácter verdaderamente sagaz, Nick Corey manipula hechos y circunstancias con el fin de desempeñar y aferrarse a su puesto sin tener que gastar mucha energía, aunque su política de laissez faire, laissez passer le ha ganado bastantes detractores.
Entre su vida privada y su vida pública establece una red tan estrecha de mentiras que le será difícil no quedar enredado en ella, sobre todo si se tiene en cuenta que no son pocos quienes intentan desmoronar sus patrañas.
Además, Nick tiene otra preocupación tan grande como la de hacer cumplir la ley en su condado: su relación con las mujeres; está casado, es el amante de quien pasa por ser la mejor amiga de su esposa y espera además recomponer las relaciones que dejó truncas con la mujer que era su prometida. Pero no hay problema, Nick es un experto en el manejo de las palabras; su grado de astucia es tal que hasta el mismo lector corre el riesgo de verse enredado en los argumentos con que justifica su acción o su inacción que para el caso es lo mismo.
Thompson, quien se expresa aquí con el tono fuerte y duro del hardboiled, subgénero literario estrechamente emparentado con la novela negra, ha escrito una obra que expone la corrupción camuflada detrás de la desidia moral de la gente y de la supuesta búsqueda del bien común por parte de los servidores públicos.

viernes, 13 de octubre de 2017

Un artista del mundo flotante

Masuji Ono en Un artista del mundo flotante (1986), del escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro (premio nobel de literatura, 2017), relata cómo es su vida en el Japón de posguerra. Entrelaza su mundo cotidiano con hechos del pasado, aunque a veces piensa que tal vez sus recuerdos no sean fidedignos porque sabe que la memoria es alterada por múltiples fenómenos.
Recuerda el "Mundo flotante", el barrio de placer, fielmente retratado por los pintores adscritos a diferentes escuelas; los cuestionamientos sobre el verdadero papel del arte en la sociedad o las discusiones en torno a la forma de pintar que seguía las pautas definidas por los artistas del grabado (Ukiyo-e), como Kitagawa Utamaro, quien ejerció una gran influencia en el mundo del arte desde el siglo XIX, no solo en Japón.
Después de haber sido un pintor de renombre Masuji Ono se ve relegado e incluso censurado por las nuevas generaciones (incluida su propia familia) que no comparten su posición política durante la guerra. Y es que los nuevos vientos que recorren el Japón en 1948 anuncian un giro sustancial en la manera de ver el mundo, aunque las costumbres de la vida doméstica permanezcan; como las complicadas negociaciones para llevar a cabo un matrimonio o la profunda relación de respeto entre maestro y alumnos, por ejemplo.
Esta novela, que evoca a escritores como Junichiro Tanizaki, Natsume Sōseki u Osamu Dazai, da cuenta de un periodo poco conocido (1948-1950) de un país que tuvo que sobreponerse a la destrucción sacrificando muchas de sus raíces culturales, con el fin de adoptar un estilo de vida occidental, para sobrevivir.

viernes, 6 de octubre de 2017

Una semana en la nieve

Una semana en la nieve
Una semana en la nieve (1996), la novela de Emmanuel Carrère, tiene como protagonista a un niño solitario que combina las lecturas y las experiencias que ha tenido en sus ocho años para determinar, valiéndose de una imaginación desbordada, la forma de sus respuestas emocionales a los acontecimientos que lo afectan.
Como parte de las actividades extracurriculares de su colegio la maestra del grupo de Nicolas lleva a sus alumnos a una estación de esquí. El objetivo: reforzar, en un ambiente distinto, su independencia y vivir experiencias enriquecedoras, importantes para su futuro.
Nicolas que proviene de una familia sobreprotectora, ve con temor esta alteración de la rutina escolar y cuando llega a la estación de montaña se reafirma en sus aprensiones. Algo indefinido lo amenaza.
Al caer enfermo recibe una atención que no se le prodiga a los demás y con el ánimo de agradar al alumno más dominante del grupo le cuenta que su padre persigue a unos traficantes de órganos cuyas víctimas son niños. Sin elementos concretos para explicar muchas de las cosas que percibe, Nicolas echa mano de lo que ha oído o leído, en los cuentos de hadas o en la obra de Enid Blyton por ejemplo, para construir su historia. Sin medir las consecuencias de sus palabras Nicolas teje una red donde quedará atrapado su propio padre, quien aparece como un personaje lejano e indefinido, aunque no tanto como la madre o su hermano pequeño que apenas son esbozados por el autor.
De todas las personas con las que se relaciona Nicolas, Patrick el instructor de esquí es el único que logra establecer un puente de comunicación con él, pero es tan poco el tiempo que están juntos que ésta no va más allá del primer paso de la amistad que es el de la empatía.
En esta sugestiva novela un niño, que no se diferencia mucho de cualquier otro salvo por su capacidad imaginativa, intenta conjurar los temores que amenazan con escapar de sus pesadillas y apoderarse de la realidad.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Pasaje a la India

Pasaje a la India
En 1924, el año en el que fue publicada Pasaje a la India, el Imperio británico conservaba la mayor parte de su territorio, aunque ya soplaban vientos de cambio. En la India, la llamada joya de la Corona inglesa, su dominación se veía cada vez más cuestionada.
E. M. Forster, quien vivió unos cuantos años en ese subcontinente, supo calibrar este fenómeno de manera certera. Con gran valentía, si se tiene en cuenta su lugar de origen, cuestionó en su novela tanto la mirada reduccionista de sus compatriotas como la posición ambivalente y contradictoria de los indios de las dos confesiones dominantes: hinduismo e islamismo. Denunció el talante despectivo de los ingleses con respecto al carácter de mahometanos e hindúes así como la indolencia y la supuesta corrupción de estos. Pero sobre todo censuró la incapacidad de los colonizadores de identificar ese comportamiento como una percepción intuitiva de la realidad frente al cristianismo pragmático con que los occidentales regían sus vidas en aquel lugar.
En medio de esta lucha sorda, entre dominadores y dominados, Forster ubica como eje central de la novela un incidente que une momentáneamente a hindúes y musulmanes en una causa común frente a los invasores.
En una ciudad secundaria el doctor Aziz, un musulmán, se ve envuelto en una situación que le puede costar la cárcel y hasta la vida como consecuencia de las afirmaciones de Adela, una joven recién llegada de Inglaterra, quien es respaldada radicalmente por todos sus compatriotas. Sin embargo Fielding el director del instituto, un librepensador que se rige por otra escala de valores, no tiene la misma perspectiva de las cosas y decide apoyar al doctor Aziz ganándose la animadversión de la colonia inglesa local.
Pero no sólo vemos aquí el forcejeo entre cosmovisiones que se desprecian y niegan mutuamente. También se plantea la posibilidad de que nazca la amistad entre personas de procedencias y pensamientos distintos y se analiza desde diversos puntos de vista el concepto de nación, una idea tan polémica hace casi cien años como lo es hoy en día.

viernes, 22 de septiembre de 2017

El maestro de Petersburgo

El maestro de Petersburgo
Cuando muere Pavel Isáiev, su padre, Fiódor Dostoievski, va a Petersburgo a recoger sus pertenencias pero sobre todo a recuperar de alguna manera el tiempo que aquel pasó en esa ciudad. Así inicia la novela El maestro de Petersburgo publicada en 1994 por J. M. Coetzee.
Durante ese proceso de reconstrucción el padre, a quien lo agobia el dolor por la muerte de su hijo, tendrá que exponerse a escuchar testimonios que parecen desvelar los verdaderos sentimientos de Pável. La vida de éste en Petersburgo le revela aspectos insospechados de su hijo: como su relación con uno de los movimientos más beligerantes contrarios al Estado ruso o la duda que pesa sobre las verdaderas causas de su muerte.
Más que a una investigación sobre la muerte de Pável se asiste a la inmersión del personaje Dostoievski en la intimidad de una relación donde el hijo participa pasivamente. Mientras busca en todos los lugares posibles e interroga a los testigos más directos acerca del pensamiento de su hijo, tiene que enfrentar la idea de su probable desamor o al menos la mirada cruda con que lo observa desde un lugar inalcanzable.
En esta novela se plasman, además de su rechazo a la manipulación que se quiere hacer de la muerte, las ideas de Dostoievski sobre la política rusa y su oposición a la supuesta voz del pueblo que pretende representar el amigo revolucionario de Pável.
La convulsionada realidad rusa durante 1869 sirve de telón de fondo a Coetzee para presentar al lector la imagen atormentada de un escritor que intenta conciliar sus ideas políticas con sus convicciones religiosas y en última instancia con el oficio de escribir.
Una apasionante historia donde un hombre se cuestiona la verdad de sus emociones influenciadas, irremediablemente, por la situación social de la madre Rusia que le tocó vivir.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Bufo & Spallanzani

Bufo & Spallanzani
Bufo & Spallanzani de Rubem Fonseca, publicada en 1985, es una historia contada a la mejor manera de Agatha Christie o de los maestros del genero del suspenso.
Gustavo Flavio, el protagonista, relata los acontecimientos que giran en torno al asesinato de una mujer cuya investigación está a cargo del inspector Guedes, uno de los pocos policías honestos en el universo literario de este autor brasilero.
La historia personal de Flavio y sus forcejeos con las palabras, en el intento de escribir una novela que este a la altura de las que ya ha publicado, se entrelaza con el desarrollo de la investigación con tanta habilidad que el lector llega a aceptar una realidad donde la moral no tiene mucho peso. El libro tiene su propia moralidad, así como todo relato bien escrito tiene su propio mundo y obedece a sus propias leyes.
Pero esta novela no trata solamente de pesquisas policiacas. En ella se describen en detalle aspectos como el poderoso influjo que los caracteres femeninos ejercen sobre el narrador. Delfina, Minolta o Roma, por ejemplo, representan su paradigma de la atracción y la sensualidad.
Varios elementos resaltan en esta obra: la corrupción que es uno de los temas recurrentes de Fonseca, la infidelidad, el erotismo, la gastronomía y sobre todo el pensamiento de un escritor exitoso que expresa sus teorías sobre la escritura y algunos de los obstáculos con los que se encuentra a la hora de escribir; un escritor con rasgos de sibarita que se inclina hacia el goce como único estilo de vida posible.