"A menudo, las actitudes más incomprensibles de una vida tienen su origen
en un deslumbramiento de juventud: de pequeña, la belleza de mi universo
japonés me había impactado tanto que todavía me alimentaba con aquella reserva
afectiva. Ahora tenía ante mí la evidencia del despreciable horror de un
sistema que negaba todo lo que tanto había amado y, no obstante, seguía siendo
fiel a sus valores, en los que ya no creía."
*************************
En Estupor y temblores la
novela de Amélie Nothomb la brecha cultural entre occidente y el extremo oriente
se evidencia desde el principio cuando Amélie, una mujer belga, entra a
trabajar en Yumimoto, una enorme compañía japonesa radicada en Tokio, donde su
formación le impide interpretar adecuadamente la conducta de sus compañeros.
Aunque tenga a su favor el conocimiento del idioma y la fascinación por ese
país es incapaz de entender qué se espera de ella, como mujer y como
occidental. A consecuencia de sus múltiples “errores” se verá degradada cada
vez más a trabajos que no se corresponden con su capacidad y conocimientos. Claramente
se ve que no hablan el mismo lenguaje: el de la sutileza de las actitudes y de
las acciones.
Frente a Amélie se encuentra
Fubuki, su jefe inmediato, una mujer que encarnará para Amélie las dos caras
del Japón: la belleza y la fealdad de su estructura social, donde según todos
los indicios no hay un lugar definido para una mujer europea.
En esta obra de 1991 se nos presenta
una imagen que contribuye a consolidar la idea que se tiene de un país cuya
escala de valores se ha desarrollado paralelamente a la civilización
occidental.
La profunda estratificación de
esta sociedad se refleja en los niveles que conforman la empresa Yumimoto donde
el conducto regular se eleva a la categoría de dogma y cualquiera que intente
subvertirlo será visto como peligroso o lo que es peor como anormal y donde el
rechazo a la iniciativa individual alcanza una dimensión casi patológica.
Con esta novela se comprueba una vez más el gran peso que tiene la cultura sobre nuestro comportamiento. El análisis que hace la autora nos da un ejemplo de la magnitud de las diferencias que nos separan de otras maneras de pensar y de vivir, que pueden llegar a ser irreconciliables.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario