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viernes, 8 de junio de 2018

Por encima del mundo

“—Nosotros no somos turistas —dijo la señora Slade—. Vamos a donde queremos cuando queremos. Es la única forma de viajar. Viajar en grupo es degradante. Lo que importa es ser libre. No tener que hacer planes por adelantado.”
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En la última novela que escribió Paul Bowles, Por encima del mundo (1966), el doctor Taylor Slade y su esposa Day, una pareja de viajeros estadounidenses, llegan a un indeterminado país latinoamericano donde tienen la oportunidad de experimentar muy de cerca el color y la atmósfera locales.
El día posterior a su llegada a la capital (una ciudad de la que nunca se llega a conocer el nombre), Day conoce por casualidad al joven Grove Soto, hijo de un acaudalado hombre suramericano, quien la lleva a conocer su apartamento y la invita para que lo vuelva a visitar con su esposo. En esa visita que se prolongará debido a circunstancias imprevistas la pareja se ve involucrada de manera tangencial con otros personajes como Luchita, una joven de 17 años adicta a la marihuana, o Thorny el canadiense, secuaz de Grove.
A partir de ahí los acontecimientos se desenvuelven como en una pesadilla: una súbita enfermedad que a pesar de estar separados los ataca a los dos de manera simultánea les causa una pérdida de memoria que se mezcla con recuerdos y experiencias en pueblos y parajes extraños, desestabilizando su concepto de la realidad. Los Slade acaban de caer en una telaraña tejida con precisión milimétrica.
Personajes clásicos de la literatura como los trotamundos que recorren países que consideran exóticos en busca de sensaciones nuevas o como el viajero entrometido que se conoce en algún momento del viaje, se mueven en un paisaje tropical magistralmente recreado.
En ésta obra, como en El cielo protector, Bowles resalta ese perfil inasible que caracteriza los lugares en los que se desarrollan sus historias.

viernes, 25 de mayo de 2018

El gran Gatsby

Eran personas descuidadas, (...) dañaban las cosas y a las personas y, entonces se refugiaban en su dinero o en su gran indiferencia, o en lo que fuera que los mantenía juntos, y dejaban que la otra gente limpiara los regueros que habían dejado...
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En el verano de 1922 Jay Gatsby, un recién llegado a la ciudad de New York, deslumbra a la alta sociedad dando grandes fiestas en su casa de la playa. Aparentemente sólo quiere divertirse, como la variopinta multitud que lo visita, pero detrás de su aire despreocupado hay una intención muy definida.
¿Quién es Jay Gatsby? ¿Acaso es otro joven adinerado o uno de los que alcanzó el sueño americano sin importar los medios a los que tuvo que recurrir para lograrlo? Para la sociedad neoyorkina no pasa de ser la atracción del momento y su casa el lugar donde se puede conseguir diversión y licor con facilidad. Las historias que corren sobre su procedencia lo hacen más atractivo aunque para la mayoría no deja de ser un advenedizo.
Nick Carraway, el narrador, se involucra en sus planes cuando éste le confiesa la razón para llevar ese tren de vida: reanudar su relación con Daisy, la chica que dejó cinco años atrás para enlistarse en el ejército y pelear en la Gran Guerra.
Pero las cosas no son tan simples. Para conseguir el dinero que le permite vivir de esa manera Gatsby ha tenido que involucrarse con personajes poco recomendables y este hecho puede influir en la decisión de Daisy al momento de escoger entre él y su esposo Tom Buchanan.
En su novela El gran Gatsby, publicada en 1925, F. Scott Fitzgerald analiza la característica doble moral de la sociedad estadounidense. Esta historia, que se desarrolla casi en la misma época en que fue escrita retrata a las personas que vivieron con despreocupación los locos años veinte en medio de la Prohibición (con total indiferencia por las personas que pudieran quedar atrapadas en su trama de intereses personales) quizá como reacción al horror de la Primera Guerra Mundial.

viernes, 27 de abril de 2018

Santuario

La estrecha escalera giraba sobre sí misma en una sucesión de tramos mezquinos. La luz, que en cada piso se filtraba por delante a través de una puerta con una pesada cortina y por detrás a través de una ventana con la persiana bajada, creaba en todos ellos una sensación de fatiga. Era una luz exhausta, fúnebre, completamente agotada, con la prolongada fatiga de un agua estancada a la que no llegan ni la luz del sol ni los ruidos llenos de vida que la acompañan. Había también un olor insidioso de comida atrasada, con resabios de whiskey, e incluso Temple, a pesar de su ignorancia, se sintió sumergida en fantasmal promiscuidad con la ropa interior, con los discretos susurros de los cuerpos ajados, tan inexpugnables como frecuentemente sitiados, que ocultaban las puertas silenciosas que iba dejando a sus espaldas.
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En 1931 William Faulkner escribió Santuario una novela que, en los últimos años de la Prohibición en Estados Unidos, relata una compleja historia que incluye entre otras cosas una violación y unos asesinatos.
Todo comienza con la llegada de la estudiante de secundaria Temple Drake y Gowan Stevens, su acompañante, al lugar donde Lee Goodwin, un ex soldado, destila licor clandestinamente.
El acoso y la violencia, de los que la adolescente será objeto, no los podrán evitar ni Ruby Lamar, la compañera del destilador, ni Tommy el único hombre que intenta ayudarla.
Popeye, el gánster que distribuye el licor que allí se produce, es el más agresivo, a pesar de su tamaño, y será quien la secuestre confinándola en el prostíbulo de miss Reba en Menphis; pero allí las cosas se acaban de complicar por cuenta del peculiar comportamiento de Popeye y la actitud errática de Temple.
Simultáneamente a la llegada de Popeye y la muchacha a Menphis, Lee Goodwin es detenido y acusado de asesinato y en el pueblo adonde es llevado, Horace Beenbow, el abogado que se ofreció a defenderlo, tiene que enfrentarse con la oposición y el rechazo encabezado por las mujeres por su ayuda al acusado y a la esposa de éste a quien tildan de prostituta.
El licor, la sexualidad reprimida, la opresión de las mujeres o la influencia nefasta que pueden tener éstas cuando ponen en juego el poder de sus prejuicios son algunos de los elementos que utiliza Faulkner para armar esta novela.
Pero más importante que la violencia inmersa en la obra y de las patologías sociales que se describen es la manera como se cuentan los hechos. Faulkner no es un escritor generoso, entrega, poco a poco, los medios para que se reconstruya la historia mediante una profusión de metáforas, giros idiomáticos y un sabio manejo del tiempo que impulsan al lector a convertirse en un participante activo del relato.
Leer a Faulkner no es sencillo, pero cuando se lee una de sus obras se tiene la seguridad de estar frente al trabajo de uno de los grandes autores del siglo XX.

viernes, 13 de abril de 2018

American Psycho

Yo tenía todas las características de los seres humanos —carne, sangre, piel, pelo— pero mi despersonalización era tan intensa, se había hecho tan profunda, que la capacidad habitual para sentir compasión había quedado erradicada, víctima de un lento y decidido borrado. Me limitaba a imitar la realidad, tenía un tosco parecido con un ser humano y sólo me funcionaba un oscuro rincón del cerebro. Estaba pasando algo horrible y sin embargo no conseguía imaginar por qué —no lo podía determinar con claridad—. Lo único que me tranquilizaba era el sonido del hielo al echarlo en un vaso de J&B.”
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La década de los años ochenta se caracterizó por un florecimiento de la música pop y por la presencia mediática de un grupo humano característico en la escena financiera del mundo: el yuppie, cuyo perfil es fácilmente definible y al que Bret Easton Ellis retrata con crudeza en American Psycho, novela publicada en 1991.
Patrick Bateman, un joven adinerado de 26 años (admirador incondicional de Donald Trump), quien además trabaja en Wall Street, cuenta sus andanzas por los lugares más exclusivos y excluyentes de la ciudad de New York. Su mundo gira en torno a clubes y restaurantes de moda; sus intereses se centran en los costosos atuendos y los objetos que usan él y la gente que lo rodea. Todas sus descripciones están mediadas por las marcas que incluyen la música y el arte que consumen.
Bateman odia a casi todo el mundo y a pesar de su dinero y de tener un empleo bastante bien remunerado padece de una inseguridad patológica que lo acosa; reflejada en el cuidado excesivo de su apariencia, en su dependencia de las drogas y en su actividad secreta.
Que se puede hacer crítica social sin apelar al cliché de la lucha de clases lo demuestra Ellis con una narración novedosa que describe sin sutilezas la violencia que, imaginaria o real, lleva consigo el protagonista, ejemplo de todo un conglomerado que puede haber cambiado de nombre y hasta de métodos pero que sigue como siempre haciendo del dinero y el status su único objetivo.

viernes, 16 de marzo de 2018

El corazón es un cazador solitario

“En el pueblo había dos mudos, y siempre estaban juntos. Cada mañana, temprano, salían de la casa en que vivían y caminaban tomados del brazo por la calle en dirección al trabajo. Ambos amigos eran muy diferentes. El que encabezaba la marcha era un griego obeso y soñador. Durante el verano lucía camiseta de polo amarilla o verde, colgando suelta por atrás, y por delante metida de cualquier manera en los pantalones. Cuando el tiempo era más fresco se echaba encima un deformado jersey gris. Tenía un rostro redondo y grasiento, con párpados semicerrados, y sus labios esbozaban una sonrisa leve y estúpida. El otro mudo era de elevada estatura. En sus ojos había una expresión vivaz e inteligente. Vestía siempre de manera pulcra y muy sobria.”
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Así comienza la novela El corazón es un cazador solitario, publicada por Carson McCullers en 1940, donde son varios los personajes que se toman el escenario para protagonizar su historia en diferentes momentos.
Soñadores de todas las condiciones desfilan por esta obra que profundiza con lucidez en las emociones de sus personajes: desde una niña de catorce años hasta un viejo médico marxista que se identifica, aunque no completamente, con un activista que recorre los pueblos del Sur llevando a los trabajadores lo que él considera es la buena nueva. Desde un mudo que alberga un amor desmedido hasta una serie de personas en cuyas vidas los hechos cotidianos adquieren dimensiones catastróficas.
Todo esto sucede en un pueblo donde el tiempo pasa a un ritmo diferente. Donde las acciones de la gente están determinadas por acontecimientos que en otro lugar se manifestarían de distinta forma.
Con su maestría para contar historias Carson McCullers nos seduce con palabras que son capaces de describir una sinfonía de Beethoven escuchada por una niña o lo que pasa por la mente de un hombre que no puede hablar pero que es capaz de comunicarse con todos los que se le acercan menos con la única persona que le importa. McCullers no se apiada de nadie y mucho menos del lector que asiste al desmoronamiento de muchos sueños incipientes y a finales sorpresivos que se perfilan ya desde el comienzo de la novela.
En esta obra, que conmueve desde el título hasta la última frase, se plantean temas bastante delicados para la mentalidad de la época que consideraba las reivindicaciones sociales de todo tipo como asuntos en los que se comprometía la seguridad del Estado. Ejemplo de ello es la relación entre Singer y su amigo Antonapoulos que nadie en el lugar parece encontrar extraña o el trato inhumano e injusto que se le da a una población sin derechos casi dos décadas antes del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos. O la posesión de armas de fuego por la gente del común.
Sin apelar a la sensiblería, sin tomar partido, la autora pone sobre la mesa asuntos que mueven la conciencia del lector poniéndolo frente a frente con sus creencias, prejuicios y convicciones.

viernes, 2 de marzo de 2018

La biblia de neón

“…todo el mundo se parecía tanto, en la manera de hablar y actuar, en sus gustos y sus odios. Si alguien detestaba algo, y era una persona como tenía que ser, todo el mundo debía detestar lo mismo. Si no lo hacías así, la gente te odiaba. En la escuela nos decían que debíamos pensar por nuestra cuenta, pero eso era imposible en el pueblo. Tenías que pensar como tu padre había pensado durante toda su vida, y eso era lo que todo el mundo pensaba”.
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En La biblia de neón, escrita por John Kennedy Toole a los 16 años y publicada póstumamente en 1989 (20 años después de su muerte), David, el personaje principal, recuerda los años que pasó en un pueblo pequeño y opresivo del sur de los Estados Unidos.
Mientras se aleja en tren de ese lugar, rememora su vida marcada sobre todo por la tía Mae, una mujer que llega del mundo exterior y altera para siempre, con su aspecto, sus vestidos y su exagerada coquetería, la vida aparentemente sencilla de la familia. Recuerda las circunstancias por las que pasaron: la pérdida de la casa; el abandono de la iglesia por falta de dinero con qué pagar la membresía; la guerra; sus años de colegio; la muerte de su padre; la aparente locura de su madre.
Nada es sencillo en ese lugar que además está marcado por los forcejeos entre las autoridades y el predicador o entre éste y las personas que contrarían sus rígidas normas de conducta.
Y cuando la situación para David y su familia se vuelve intolerable, la tía Mae anuncia que se irá y que él y su madre deberán seguirla más tarde. Un plan que falla cuando dos terribles sucesos obligan a David a dejar la población precipitadamente y a perder el contacto, quizá para siempre, con su tía.
Esta novela que desnuda la realidad, aparentemente tranquila de un pueblo, evidencia, entre otras cosas, como la ciega opinión pública es manipulada y conducida (en este caso por un predicador) para rechazar todo lo distinto, lo foráneo o lo extraño.

viernes, 16 de febrero de 2018

Otras voces, otros ámbitos

Truman Capote, 1948 (Fotografía de Cecil Beaton)
“El cerebro puede aceptar consejos, pero el corazón, no. Y el amor, como no tiene geografía, no reconoce límites. Ponle un peso y húndelo en lo más hondo; no importa: subirá y buscará la superficie. ¿Y por qué no? Cualquier amor que haya dentro de la naturaleza de una persona es natural y hermoso. Sólo los hipócritas hacen responsable a un hombre de lo que ama, sólo los analfabetos emocionales y los dueños de la envidia virtuosa, que, en su agitada preocupación, confunden tan frecuentemente la flecha que señala el cielo con la que conduce al infierno”.
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Otras voces, otros ámbitos, la novela de Truman Capote publicada en 1948, comienza a la mitad de un viaje: Joel, un niño, que ha perdido a su madre, va en camino de conocer a su padre y para hacerlo tiene que dejar atrás la casa de la prima Ellen y las rutinas normales de un muchacho de trece años. Lo que no abandona es la imaginación que le permitirá adaptarse a la atmósfera del profundo sur de los Estados Unidos, donde las cosas y las personas adquieren una dimensión desmesurada por cuenta de un ambiente donde la magia parece teñir objetos y sucesos.
Al llegar a su destino conoce un variopinto grupo de personajes que hacen del Desembarcadero de Skully y el bosque que lo rodea un lugar bastante peculiar: Randolph, un pintor mediocre que escribe cartas dirigidas a todas las partes del globo en busca de Pepe, su amor perdido; la elusiva imagen del señor Samsong el padre de Joel; Missouri Fever, más conocida como Zoo, la mujer que sueña con conocer la nieve cuando su abuelo Jesus Fever, un anciano centenario, muera; Idabel, la preadolescente que reniega de ser mujer en contienda perpetua con su melliza Florabel de una feminidad exacerbada. Todos ellos acompañados desde la sombra por Little Sunshine, el ermitaño que vive en el abandonado Hotel Nube rodeado de fantasmas.
A todos ellos Capote los ubica en el paisaje bucólico de Noon City, y sus alrededores y con la maestría para manejar las metáforas y las evocaciones que lo caracteriza, dibuja un lugar mítico como esos que en la literatura adquieren más veracidad que muchos sitios reales. Un lugar que será para Joel el sitio desde donde emprenderá otro camino sin rumbo conocido pero que es el que corresponderá a sus sueños.

viernes, 12 de enero de 2018

La balada del café triste

Tres historias de amor son el motivo para que Carson McCullers en La balada del café triste, publicada en 1951, explore las características de unos personajes cuyo destino está marcado por instancias que se escapan a su control y el laberinto por el que transitan unos amores que no dejaron de sorprender a aquellos que los presenciaron.
En un pueblo melancólico hay un edificio a punto de derrumbarse donde es posible ver, de vez en cuando, por una de sus ventanas, un personaje que parece un fantasma. Se trata de Miss Amelia Evans una mujer solitaria que a pesar de su temperamento, fuerte e indomable, se vio envuelta en un torbellino emocional que ninguno de los que la conocieron pudo predecir.
Durante mucho tiempo llevó una vida marcada por la rutina (como propietaria, productora de whisky, sanadora y litigante) hasta que decidió casarse con Marvin Macy el hombre más malo de los contornos; un matrimonio que duró diez días. Pero aunque la paz regresó a la vida de Miss Amelia ésta se vio alterada por la llegada de Lymon Willis un hombre que dijo ser su primo, dando paso a otro periodo de estabilidad como dueña de un café donde se expendía su excelente whisky. Hasta que el pasado alcanza a Miss Amelia y por ende al primo quien jugará un papel determinante en el desenlace de esta historia.
Párrafos tan elocuentes como los que se refieren al whisky que vende Miss Amelia o la definición que hace la autora de lo que significa ser amante o ser amado hacen de esta pequeña novela un texto difícil de eludir a la hora de indagar en los misterios del corazón humano.

viernes, 20 de octubre de 2017

1280 almas

En 1.280 almas (1964), una novela de Jim Thompson, Nick Corey el sheriff de Potts County (un lugar imaginario al sur de los Estados Unidos) describe las maquinaciones de las que se vale para mantener el orden y aplicar la ley en un pueblo que cuenta con 1.280 habitantes, de los cuales no todos tienen alma según la afirmación de algunos.
Con aparente ingenuidad, que esconde en realidad un carácter verdaderamente sagaz, Nick Corey manipula hechos y circunstancias con el fin de desempeñar y aferrarse a su puesto sin tener que gastar mucha energía, aunque su política de laissez faire, laissez passer le ha ganado bastantes detractores.
Entre su vida privada y su vida pública establece una red tan estrecha de mentiras que le será difícil no quedar enredado en ella, sobre todo si se tiene en cuenta que no son pocos quienes intentan desmoronar sus patrañas.
Además, Nick tiene otra preocupación tan grande como la de hacer cumplir la ley en su condado: su relación con las mujeres; está casado, es el amante de quien pasa por ser la mejor amiga de su esposa y espera además recomponer las relaciones que dejó truncas con la mujer que era su prometida. Pero no hay problema, Nick es un experto en el manejo de las palabras; su grado de astucia es tal que hasta el mismo lector corre el riesgo de verse enredado en los argumentos con que justifica su acción o su inacción que para el caso es lo mismo.
Thompson, quien se expresa aquí con el tono fuerte y duro del hardboiled, subgénero literario estrechamente emparentado con la novela negra, ha escrito una obra que expone la corrupción camuflada detrás de la desidia moral de la gente y de la supuesta búsqueda del bien común por parte de los servidores públicos.

viernes, 25 de agosto de 2017

Un año con Schopenhauer

Un año con Schopenhauer
En Un año con Schopenhauer, la novela de Irvin David Yalom publicada en 2005, se plantea la estrecha relación que existe entre psicología y filosofía.
Julius Hertzfeld y Philip Slater tienen una visión muy definida y opuesta sobre los principios de la terapia psicológica y sobre los métodos que se deben aplicar. Se conocieron veinticinco años antes cuando Philip buscó a Julius con la intención de hallar una cura para su comportamiento compulsivo. Julius, quien ya era un terapeuta consagrado, lo intentó durante tres años sin conseguirlo.
Ahora cuando Julius pasa por un momento crucial en su vida decide revisar los casos más difíciles que tuvo en su carrera y encuentra en su archivo la ficha de Philip.
Al releer su caso y recordar el comportamiento y las circunstancias de este paciente, toma la decisión de buscarlo para conocer las circunstancias actuales de su vida. Cuando se encuentra con él se entera que quiere consagrarse a la misma actividad de Julius pero siguiendo los postulados de quien considera ha sido su verdadero terapeuta: Arthur Schopenhauer.
Con base en la filosofía de este pensador alemán del siglo XIX Philip afirma que logró dominar su compulsión. Sin embargo, a juicio de Julius, le falta mucho camino para lograr su objetivo.
Es así como llegan a un compromiso: Philip entrará a formar parte de un grupo terapéutico, que dirige Julius, como parte de su formación académica. Pero la realidad se presenta mucho más compleja de lo esperado cuando en cada sesión sus respectivas posiciones se ven confrontadas por la dinámica personal de los otros participantes.
Esta novela, donde a los capítulos que cuentan la historia de Julius y Philip se les intercalan capítulos sobre la vida del filósofo, permite al lector aquilatar un pensamiento filosófico que, aún hoy, es objeto de un reduccionismo pernicioso.

viernes, 11 de agosto de 2017

Vicio propio (Inherent Vice)

Vicio propio (Inherent Vice)
A la conocida fórmula de sexo drogas y rock and roll con la que se ha asociado a la década hippy de los sesenta Thomas Pynchon agrega en su novela Vicio propio (Inherent Vice), publicada en 2009, elementos como la política y la corrupción de la policía de Los Ángeles entre otras cosas. En este entorno un detective privado debe encontrar unas personas desaparecidas como en las novelas de Raymond Chandler.
Doc (Sportello), consumidor de cualquier tipo de droga y conocedor tanto del bajo mundo como del universo hippie de Los Ángeles (una ciudad sitiada por la droga y el smog), utiliza sus habilidades para desentrañar las intrigas de unos personajes que actúan en la sombra, arriesgándose a quedar atrapado en ellas.
Se mueve con facilidad en un universo compuesto por traficantes, matones y todos aquellos que integran el hampa de Los Ángeles y Las Vegas, desarrollando una estrecha relación con su contraparte, Bigfoot, el policía que abusa de la ley para conseguir sus propios fines y que intenta controlar a Doc sin conseguirlo.
Acompañado por hippies alucinados, que creen en las teorías de la Nueva Era, en continentes desaparecidos o en el karma, Doc recorre una geografía imaginaria que se superpone a las playas conocidas, donde los surfistas retan diariamente olas legendarias, y a las calles famosas donde los automóviles se van convirtiendo en parte del folclore californiano.
Grupos de liberación negra o de supremacía blanca, centros de desintoxicación, la guerra de Vietnam y por supuesto el “Caso Mason” son temas que se mezclan indistintamente en una obra que desmitifica, gracias a la maestría de Pynchon, una época que ha adquirido con el tiempo la pátina romántica del amor libre y que fue marcada por una música incomparable que cada vez más se hunde en el silencio.

viernes, 4 de agosto de 2017

Desayuno en Tiffany’s

Desayuno en Tiffany's
En la primera mitad de los años 40 la guerra campeaba en toda Europa y en parte de Asia. Sin embargo en New York las fiestas en los apartamentos y en los sitios de moda se sucedían sin parar. Los círculos de amigos se encontraban en bares o restaurantes para olvidarse, en la medida de lo posible, de la zozobra en la que se vivía diariamente.
En uno de esos círculos que se reúnen en los restaurantes de moda y que continuamente llevan a cabo fiestas privadas el centro de atención es Holy Golightly: Una chica de 19 años y origen campesino; no tiene una ocupación definida pero es especialmente seductora.
En un medio equívoco donde intervienen capos de la mafia, millonarios o militares medra ella sin que se menoscabe su personal escala de valores. Se rige por unas normas que pertenecen al mundo particular en el que vive. Tal vez sólo su hermano Fred haya podido traspasar la barrera que Holy ha construido a su alrededor o quizá lo haya hecho su gato al que todavía no le ha puesto nombre en espera de tener un lugar que sea realmente suyo.
Entre todos los hombres que conoció sólo tres se preocuparon realmente por ella: el esposo abandonado, un escritor en ciernes quien cuenta la historia y el dueño de un bar que siempre estuvo enamorado de ella.
Pero incluso New York se vuelve pequeño para los deseos de Holy. Saldrá de viaje y a lo mejor llegue hasta África donde es factible que un hombre de un pueblo perdido convierta su rostro en icono.
En 1958 Truman Capote publicó Desayuno en Tiffany’s una pequeña joya de la literatura, tan valiosa como lo son para su protagonista los objetos de la prestigiosa joyería, donde el ambiente es tan apacible que calma sus “horas negras” y donde espera poder ir un día a desayunar siendo todavía ella misma (sin haber perdido su ego en el proceso de volverse rica).
Para la mayoría de la gente el personaje de Holy Goligthtly está íntimamente ligado con Audrey Hepburn quien la interpretó en la pantalla, aunque su memorable actuación no logre opacar al personaje literario quizás porque la versión cinematográfica, que se ha convertido en una obra de culto para cinéfilos de todo el mundo, es bastante diferente de la novela.
A pesar del éxito de la película, para muchos se sigue cumpliendo lo que tantas veces se ha dicho: es mejor el libro.

viernes, 28 de julio de 2017

El talentoso Mr Ripley

El talentoso Mr. Ripley o A pleno sol (1955) como también es conocida esta novela consagró a Patricia Highsmith como maestra en el género dela novela negra. Se publicó a mediados de los 50, una década en la que Europa empezaba a levantarse del agobio en el que la había dejado la guerra. En esta atmósfera de optimismo muchos jóvenes estadounidenses viajaron por Europa aprovechando que con unos cuantos dólares podía conseguirse casi cualquier cosa: desde una habitación en un buen hotel hasta alquilar o comprar una villa en el Mediterráneo.
Dickie Greenleaf es uno de esos jóvenes que viaja a Italia con la idea de convertirse en pintor y de escapar así al futuro que le espera en la empresa de la familia.
Su padre preocupado porque su alejamiento se ha prolongado demasiado decide apelar a los oficios de otro joven de quien sólo sabe que ha conocido a su hijo: Tom Ripley. Éste quien ha desempeñado múltiples labores, algunas de ellas un poco turbias, acepta la proposición de Mr. Greenleaf para viajar a Italia y tratar de convencer a Dickie para que regrese a casa.
Al acercarse a Dickie y familiarizarse con su entorno, Tom empieza a albergar unos sentimientos donde se mezclan un afecto desmedido por su nuevo amigo con el deseo de ser como él, de convertirse en él. Pero los hechos se precipitan cuando Tom percibe que ya no es bienvenido y decide tomar medidas drásticas para evitar perder lo que pensó sería su nueva vida.
En esta novela el protagonista, quien no tiene ataduras morales y actúa siempre buscando su propio beneficio, es descrito de tal manera que el lector se inhibe para lanzar juicios y tiende a ponerse de su parte. Tal vez porque proyecte en Tom Ripley el deseo que todo ser humano ha sentido alguna vez de transformarse en otro; de empezar de nuevo bajo condiciones diferentes.

viernes, 3 de marzo de 2017

Americanah


La novela Americanah, de la escritora de Nigeria Chimamanda Ngozi Adichie publicada en 2013, narra la historia de una muchacha a quien las circunstancias adversas de su país empujan a viajar al exterior para continuar sus estudios sin interrupciones. Como todos los cambios drásticos éste tendrá consecuencias de distinta naturaleza. Tanto Ifemelu como Obinze, su novio del colegio (quien viaja a Inglaterra), o Uju, su tía, pasarán por experiencias igualmente traumáticas en circunstancias similares.
Al llegar a los Estados Unidos Ifemelu tendrá que reconsiderar la imagen que se había formado de ese país; verá confrontada su propia identidad, pues allí un extranjero ocupa automáticamente un lugar con categorías ya establecidas. Descubrirá que en los Estados Unidos todo aquello que define a un ser humano está fijado principalmente por características tales como el color de la piel, el acento o el grado de delgadez de su cuerpo.
Este choque cultural e intelectual tiene una repercusión tan grande en Ifemelu que al comienzo se siente obligada a copiar las acciones de las minorías y de muchos inmigrantes, que tratan desesperadamente de adoptar determinados comportamientos, esperanzados en mezclarse con éxito en una sociedad que los rechaza por principio.
Esta novela, que es un manifestó de independencia y afirmación -consignado en los blogs que escribe-, es también la historia de los amores de una mujer joven que quiere ser reconocida por lo que es y no por corresponder a los estereotipos tanto del país que la acoge con reluctancia como de su país de origen.

jueves, 16 de febrero de 2017

Un recuerdo navideño

Ninguna época del año provoca tanta expectativa en gran parte del mundo como los días previos a la Navidad y pocos escritores han sabido captar el tono melancólico que adquieren con el tiempo las navidades pasadas como Truman Capote.
En Un recuerdo navideño, publicado en 1956, dos niños, uno de siete años y una de sesenta y pico, celebran los rituales que han llevado a cabo en los últimos años, sin los cuales la Navidad no tendría sentido para ellos: conseguir los ingredientes para hacer treinta pasteles que enviarán, por correo, a lugares tan remotos como la Casa Blanca o la isla de Borneo; recoger plantas para adornar puertas y ventanas; hallar un árbol que debe ser “dos veces más alto que un muchacho” y decidir qué van a regalar.
Para muchos la magia de la Navidad también estará ligada, como para Buddy y su amiga, con unos ritos que adquirieron, con el tiempo, ese tono de oro viejo que siempre tiene la nostalgia.
Son múltiples las costumbres que se han establecido como preparación para celebrar un suceso que durante unos momentos, cada año, identifica a millones de personas en el mundo. A veces parece como si esos días fueran tan importantes, en el recuerdo, como el hecho esperado; como si para la memoria fuera igual de relevante la expectación que, desde mediados o finales de noviembre, acompaña a todos aquellos que todavía pueden sentir o han sentido en algún momento de la vida, aunque sea por un instante, la emoción de aguardar y vivir ese acontecimiento con la misma intensidad que este par de amigos: uno de siete años y una de sesenta y pico.

domingo, 5 de febrero de 2017

Maus

Maus de Art Spiegelman, publicada en 1980-1991, es una novela que apela de manera constante al recurso del flash back para desarrollar un tema histórico.
Vladek, un judío polaco, le cuenta a su hijo (quien quiere reconstruir el pasado de sus padres) su experiencia durante los años treinta en la Polonia de preguerra y después, como prisionero de los alemanes, en varios campos de concentración hasta el final de la segunda guerra mundial.
Con la agilidad que permite el comic y con un dibujo expresionista en blanco y negro de donde se excluyen los tonos grises, esta novela gráfica, cuyos personajes se representan alegóricamente como animales, nos lleva a revivir la historia gracias a los recuerdos de un anciano a quien el carácter se le ha agriado con los años a causa de su terrible vivencia o tal vez por el simple paso del tiempo.
Mientras toma nota, su hijo presencia como la vida de Vladek se ha reducido a acumular objetos anodinos (paradójicamente destruyó los diarios de su primera esposa que sufrió tanto como él), o a quejarse del abandono y el mal trato, al parecer imaginario, por parte de la segunda esposa. La anterior, que sobrevivió a los campos de exterminio, acaba suicidándose años después de terminada la guerra.
Independientemente de las polémicas que suscita el término novela gráfica, no se puede desconocer que este formato, y esta obra en particular, constituyen una valiosa contribución a la narrativa de esta época. Gracias a la fuerza expresiva de Spiegelman vemos desde otra perspectiva un acontecimiento que marcó hondamente a la humanidad.

viernes, 3 de febrero de 2017

Jazz

En 1992 Toni Morrison publicó Jazz, una novela de imágenes, de escenas cinematográficas y de sonidos lentos o exaltados, donde pinta con destreza la vida de una minoría durante las primeras décadas del siglo XX en la gran Ciudad: Nueva York. Sus protagonistas son inmigrantes del campo estadounidense, descendientes de hombres y mujeres recién liberados de la esclavitud.
Ellos, entre otros, contribuyen a darle a esta urbe las características que la convertirán en la metrópoli por antonomasia del siglo veinte. Pertenecen a una población que dibuja su propia geografía con una idiosincrasia bastante definida. En la novela se mezclan dos ámbitos: la ciudad que se recompone constantemente con cada nueva ola de recién llegados y el campo donde se hunden las raíces de los personajes que la protagonizan.
A consecuencia de una muerte se empiezan a perfilar algunos ambientes del lugar donde ya en 1926 podría perderse el alma con mucha facilidad. Las vidas de Violet y Joe Trace estarán marcadas por acontecimientos triviales que se vuelven tan memorables como la acción que se describe en el primer párrafo, donde se decide el tono de la obra. Pequeños acontecimientos que, sin embargo, adquieren dimensiones de gran drama. Como el destino de Dorcas, una joven mulata envuelta en el amasijo de emociones que constituyen la realidad de Joe y de su esposa Violet.
Si se lee la primera página será imposible dejar inconcluso este libro. Aunque su manera de narrar recuerde a Faulkner, Toni Morrison nos cuenta con voz particular la historia de unos amores poco convencionales.

lunes, 30 de enero de 2017

El guardián entre el centeno

Entre los libros más polémicos de la literatura universal se encuentra El guardián entre el centeno. Ha sido prohibido y recomendado por igual desde su aparición en 1945-1946.
Holden Caulfield, el protagonista, un muchacho de 16 años que entre todas las definiciones que da sobre sí mismo está la de ser analfabeta total -aunque lee muchísimo-, es políticamente incorrecto; odia todo lo que es venerable en la sociedad estadounidense de la época y sobre todo, las convenciones por las que se regía ese país cuando el libro fue publicado. Un estilo de vida y una manera de pensar que todavía se perciben en la actualidad.
La novela de J. D. Salinger fue escrita en un lenguaje bastante provocador para ese momento. Holden utiliza constantemente un vocabulario que en la década de los cuarenta era inaceptable en un joven bien educado. Es este vocabulario y el uso repetido de algunas expresiones lo que le da credibilidad al personaje: un adolescente que rememora lo que le sucedió durante los tres días que pasó por una verdadera montaña rusa emocional.
En ese periplo, mientras trata de soslayar el regreso a casa después de haber sido expulsado nuevamente del colegio, Caulfield desnuda con sus palabras una sociedad pagada de sí misma en los albores del “baby boom”.
Dejando de lado las referencias a la cultura popular, las modas y las descripciones del entorno específicamente neoyorkino de los cuarenta, este personaje podría identificarse con cualquier adolescente que esté pasando por la conflictiva etapa de convertirse en adulto con los ojos abiertos a la realidad.

viernes, 27 de enero de 2017

Wakefield

El cuento Wakefield del estadounidense Nathaniel Hawthorne publicado en 1837, se basa en un suceso aparentemente real que apareció en un magazín o en un periódico de la época: un hombre anuncia que realizará un corto viaje… pero vuelve a los 20 años para vivir como amante esposo (así es descrito) hasta su muerte.
Desde el comienzo se le advierte al lector que está a punto de leer algo extraño, insólito. El hecho en sí tal vez no cause sorpresa, pero lo que sí llama la atención es el tiempo transcurrido y que el hombre lo haya pasado tan cerca de su hogar como para enterarse de los cambios paulatinos de su esposa.
Hawthorne especula en torno al hecho y nos introduce en la vida de un hombre corriente, durante 20 años de autoexilio. Inicia sus reflexiones con la descripción del carácter del protagonista. Después relata la partida de Wakefield donde un detalle, al momento de salir, le permitirá a la esposa suponer más tarde, entre varias alternativas, que quizá Wakefield no esté muerto. Y es tal vez por ese detalle que Wakefield, después de su regreso, puede permanecer en su antiguo hogar.
Esos 20 años giran en torno a un solo eje: su casa y su esposa. Por intermedio de Hawthorne conocemos sus pensamientos, sus temores, pero nada sabemos sobre lo que le sucede, después de su llegada, a este hombre que estuvo camuflado en la ciudad. Las opciones son infinitas. Tan infinitas como las posibles explicaciones a un comportamiento que aún hoy nos parece extraño, pero que, dada la singularidad de la gente en las ciudades contemporáneas, no resulta tan inaudito.

sábado, 21 de enero de 2017

Firmin

En la novela Firmin (2006), Sam Savage nos presenta un personaje excepcional por su naturaleza y por las circunstancias especiales que lo rodean. Un ser que pasa la mayor parte de su vida confinado en una librería de donde sale para observar a la gente a quien admira pero a la que no puede acercarse.
Sólo encontramos allí dos personajes principales además de Firmin. Sin embargo, la obra está llena de acontecimientos evocados por cuenta del extenso bagaje literario de quien nos describe su vida. Una vida plagada de aventuras (vive mil vidas y muere mil muertes) y de todas las vicisitudes por las que transita un ser humano cuando lee.
Y es ahí donde radica el gran problema. Firmin, el protagonista, es en realidad una rata que, por una extraña circunstancia, adquiere la capacidad de leer; esto lo lleva a desarrollar una gran pasión por los libros y por todo lo humano en general. Empieza devorándose las páginas para luego dedicarse a leer desmesuradamente lo que hay en ellas, saboreando cada palabra, cada frase. Vive por y para las historias que encuentra en los libros y también en el cine. Pero es sobre todo en la literatura donde halla el material que necesita para soñar con lo que más anhela. Aunque, tiene que rendirse a la evidencia: a los ojos de la gente no deja de ser un roedor.
Además de ser una novela donde se relaciona un interesante canon de lecturas (se hace referencia a más de 70 títulos) es una historia de la soledad y de la tristeza de quien se sabe capaz de sentir toda la nobleza que pueden albergar las personas, así no pueda expresarlo.