“El ascenso evoca el descenso, la fuerza rememora la debilidad, la inocencia alude a la corrupción y la esperanza, a la desilusión.”
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En una pensión de la ciudad de Alejandría confluyen, representados por los personajes que allí viven, los aspectos más relevantes de la sociedad egipcia alrededor de 1965, fecha en la cual fue publicada la novela “Miramar” escrita por Naguib Mahfuz; una sociedad liderada por Abdel Násser el dirigente que desde 1954 intentaba arrancar a su país del adormecimiento de siglos en los que fue dominado por extranjeros.
Cuatro voces relatan los mismos sucesos que tuvieron como epicentro esa pensión (agregando, cada uno de ellos, datos desconocidos por los otros y relevantes para componer toda la historia): un anciano periodista retirado, antiguo luchador por la independencia de Egipto; un joven terrateniente que trata de aprovecharse de la nueva situación política y social; un joven e inseguro locutor de radio y un activista campesino que quiere medrar socialmente. Junto a ellos encontramos a dos personajes que se ubican en los extremos del espectro social: Marina la propietaria, una mujer venida a menos de origen griego que representa la nostalgia y la belleza que pudo tener el pasado y Sohra Salama una bella campesina fuerte y decidida que ha escapado de su aldea y del dominio de su familia; un hecho que para todos es reprobable pero que las nuevas condiciones sociales del país hacen posible.
Los días pasan, entre las intrigas cotidianas y las presiones para adaptarse al nuevo aire de los tiempos, en el lugar donde Marina y Sohra encarnan la realidad de una nación que recuerda un pasado al que los años han limado las aristas y que mira con esperanza hacia un brillante futuro que tal vez llegue a cumplirse.