En El último encuentro, la
novela de Sandor Márai publicada en 1942, se reconstruyen las dramáticas
circunstancias que marcaron toda una amistad. Una carta esperada durante muchos
años da paso a los recuerdos de un general retirado, quien hace un recuento de
su vida.
A los diez años Henrik el hijo de
un militar austríaco y una dama francesa conoce, en un colegio de la Viena imperial,
a Konrád el hijo de un noble empobrecido. Al cabo de los años Konrád desaparece
intempestivamente y después de cuatro décadas cuando anuncia su regreso, Henrik
vuelve a rememorar cómo vivió la desaparición de su amigo y como este hecho
marcó su vida posterior. Analiza, con una precisión quirúrgica, los momentos
cruciales en los que se fraguó la traición de la que se considera víctima y los
años posteriores en los que pasó por todos los estadios de quien quiere vengarse.
Ya en la vejez Henrik sólo tiene
dos preguntas, que acaso queden sin respuesta. Pero antes de hacerlas expone su
profundo sentido de la amistad, por el que se guió siempre, y cómo ésta pudo superar
las grandes diferencias de carácter y las graves heridas que causa la perfidia.
Konrád no lo contradice. Sus intervenciones
en este encuentro se limitan a algo más que una escueta relación de su vida en
el Oriente. Escucha en silencio como un hombre, que pasó años intentando
comprender las razones para ser traicionado, llega a la conclusión de que
después de todo tiene derecho a la venganza.
En una prosa magistral Márai
describe un personaje enmarcado en una rígida escala de valores, en oposición a
la naturaleza de su amigo, más acorde con los grandes cambios que ha sufrido el
mundo en esas cuatro décadas en las que estuvieron separados.
Esta novela cuya intensidad
aumenta con cada argumento, con cada explicación, nos remite a otras obras, filosóficas
o literarias, donde también se analiza, pero desde otros ángulos, esa íntima relación
de los contrarios, como por ejemplo El nacimiento
de la tragedia de Friedrich Nietzsche o Narciso
y Goldmundo de Hermann Hesse.