Gran parte de El velo pintado , una de las novelas más conocidas de William Somerset Maugham, se desarrolla en uno de los territorios de influencia inglesa a comienzos del siglo XX.
Kitty, educada para casarse, al ver cómo pasa el tiempo, decide aceptar la propuesta de matrimonio de Walter Fane un médico bacteriólogo que está a punto de viajar a Hong Kong, una ciudad del lejano oriente que hace parte del Imperio Británico.
Allí se encontrará con el ambiente aburrido de una sociedad rígidamente estratificada y se verá envuelta en una relación amorosa cuyas consecuencias la llevarán a aceptar la condición que le impone Walter Fane, su esposo, para no divorciarse de ella y ponerla en evidencia: acompañarlo a Mei Tan Fun, donde él asistirá a las víctimas de una epidemia de cólera.
Viajará con él hasta el interior de China donde se enfrentará con condiciones de vida y unas circunstancias que cambiarán para siempre su perspectiva del mundo.
Sería un relato común de adulterio entre ingleses en ultramar, si la historia no diera giros inesperados que enfrentan al personaje principal con disyuntivas que nunca se había planteado. Una trama aparentemente sencilla se complica debido a las situaciones y personajes, con los que se encuentra Kitty, y a una verdad intuida difícil de descifrar.
Asistimos a una transformación que ella no pudo imaginar cuando emprendió ese camino que podría considerarse como un viaje al interior de un alma intentando descubrir el verdadero significado de la vida.