«FALLECIMIENTO LAMENTADO. La desaparición del señor Juan Carlos Etchepare, acaecida el 18 de abril último, a la temprana edad de 29 años, tras soportar las alternativas de una larga enfermedad, ha producido en esta población, de la que el extinto era querido hijo, general sentimiento de apesadumbrada sorpresa, no obstante conocer muchos allegados la seria afección que padecía.»
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En 1969 Manuel Puig publicó la novela “Boquitas
pintadas” donde narra la vida de unas mujeres que ha sido marcada directa o
indirectamente por Juan Carlos, un muchacho seductor que muere a los 29 años
dejándoles en la memoria una imagen eternamente joven mientras que para ellas el
tiempo sigue su curso sin llegar a satisfacer sus expectativas.
Para contarnos la historia de Nené, Mabel o
Celina el autor se vale de expresiones de la cultura popular (en el cine, la
radio, la música, la moda, las revistas), pero sobre todo de la correspondencia
que mantienen los protagonistas, para armar una trama que se desarrolla durante
décadas. Utiliza el género epistolar para definir el perfil social y
psicológico de sus personajes. Convencionalismos y costumbres afloran en las
cartas para dar cuenta de las ideas que determinan el patrón de vida de hombres
y mujeres en la época en la que suceden los hechos (entre 1935 y 1968).
Es esta una novela de lo cotidiano donde cartas, álbumes de fotografías familiares, agendas o documentos oficiales son los elementos que combina Puig para levantar el plano de una vida en el que las relaciones entre la gente están determinadas por especulaciones, ideales y prejuicios; donde la exaltación de las emociones que expresan las canciones (tangos y boleros), la radio en las novelas o el cine y las revistas reducen la realidad a una copia insuficiente.